El presidente estadounidense, Donald Trump, aprovechó la visita de niñas y jóvenes a la Casa Blanca con motivo del Día Nacional de las Niñas y Mujeres en el Deporte, para firmar la orden ejecutiva. En la sala también estuvieron deportistas que lucharon por el fin de las personas trans en el deporte femenino, así como congresistas y políticos.
La medida determina que las instituciones educativas que permitan a atletas trans participar en equipos femeninos podrían tener su financiación federal suspendida.
Además, la orden ordena al Departamento de Estado presionar al Comité Olímpico Internacional para que adopte políticas similares a nivel mundial, basando la elegibilidad de los atletas en su sexo asignado al nacer, en lugar de la identidad de género o los niveles de testosterona.
La decisión generó reacciones polarizadas. Los partidarios de la orden argumentan que protege la integridad de los deportes femeninos, mientras que los críticos la califican de discriminatoria y perjudicial para los derechos de las personas transgénero.
La nadadora transgénero Lia Thomas es una de las atletas de más alto perfil que se verá directamente afectada por la orden ejecutiva de Trump.
En varias competiciones, Thomas venció a atletas femeninas, lo que se justificó por su físico masculino, que se consideraba injusto para las atletas femeninas.
En 2022, Thomas ganó el evento estilo libre de 500 metros en la principal liga de natación universitaria de los Estados Unidos. Su victoria provocó indignación entre los defensores de los derechos de las mujeres.
Más tarde, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, emitió un comunicado oficial reconociendo a Emma Weyant, nadadora de Virginia y nativa de Florida, como ganadora del Campeonato de la NCAA (Asociación Nacional Atlética Universitaria).
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