En un reciente sermón, la misionera dio una fuerte advertencia a Brasil sobre el período de Carnaval, un evento considerado parte de la cultura brasileña, pero rechazado por los evangélicos debido a prácticas e ideas contrarias a las enseñanzas bíblicas.
La advertencia de la misionera Cristina Maranhão sobre el Carnaval, trae un mensaje enfático sobre un período de transformación espiritual en Brasil. En su sermón, afirmó que la nación enfrentará un momento de gran cambio divino después de las festividades.
“¡Abróchense los cinturones, porque esto es sólo el comienzo de lo que Dios tiene que hacer en la Tierra después del Carnaval! Vayan a orar, porque la ira de Dios descenderá sobre esta tierra”, declaró.
La misionera expresó su preocupación por el rumbo del país y asoció los acontecimientos recientes con un llamado divino para la Iglesia. Al mencionar la propagación del dengue, sugirió que ciertas circunstancias pueden ser un ajuste de Dios: “Dios está enojado por muchas cosas, pero dice: ‘A los que están en mi presencia, les doy liberación’”. “Parece que es sólo un brote de dengue, pero déjame decirte: es un ajuste de Dios para la iglesia”, dijo.
En su mensaje, Cristina Maranhão utilizó referencias bíblicas para reforzar la necesidad de un despertar espiritual. Citó Isaías 42:3 , que dice: “La caña cascada no se quebrará”, enfatizando que aquellos que se sienten espiritualmente debilitados aún pueden ser restaurados. “Aunque muchos se presenten como caña rota, Dios tiene el poder de transformarlos y reavivar la mecha que humea”, añadió.
Cristina Maranhão es conocida por sus profecías y ya había llamado la atención nacional al predecir la pandemia de Covid-19 antes del primer caso confirmado en Brasil. En una reunión en la Catedral de Perus el 1 de marzo de 2019, advirtió sobre un período de angustia global que resultaría en la muerte de muchos, incluidos siervos de Dios. El 26 de febrero de 2020, la predicción se hizo realidad con el anuncio del primer caso de coronavirus en el país por parte del Ministerio de Salud.
La misionera mantiene una postura de vigilancia espiritual y de estímulo a la oración, advirtiendo sobre los momentos difíciles y enfatizando la necesidad de estar en comunión con Dios.
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