Demi Leigh recordó que la corona por la que vale la pena luchar es la que durará para siempre. “Es aquella que se recibe dando a conocer a Jesús, mostrando amor genuino por el otro a través del servicio", enfatizó.
A la edad de 22 años, Demi Leigh Tebow de Sudáfrica, ganó la codiciada corona de Miss Universo en 2017. Fue la segunda Miss de su país en ganar el título de mujer más bella del mundo y venció a 91 candidatas en el certamen.
“Cuando gané Miss Universo, fue uno de los mayores honores de mis 22 años”, dijo Demi en una publicación reciente de Instagram.
Según ella, también era una oportunidad de servir a los demás. “Era mi oportunidad de marcar la diferencia con el tiempo que Dios me dio; poner mi vida en algo que no era solo sobre mí", reflexionó.
“Fue una oportunidad de usar mi nueva plataforma para servir a la mayor cantidad de personas posible: ser una voz para aquellos en todo el mundo que pueden no ser escuchados. Una voz que anima a otros a reconocer su verdadera identidad en Cristo y a luchar por aquellos que no pueden luchar por sí mismos”.
Sin embargo, tras un año de reinado, Demi necesitaba pasar su corona a la Miss Universo 2018.
“Mi corona ha sido pasada. Hoy, una réplica se encuentra en un estante en la oficina de mi casa”.
Dando un ejemplo de su propia historia, Demi recordó el mandato del apóstol Pablo en 1 Corintios 9 para que los cristianos corran tras "una corona que permanecerá para siempre".
“Es algo en lo que he estado pensando mucho en los últimos años. Verás, trabajé duro para ganarme esta corona física, pero fue temporal. Sin duda fue un gran honor y algo que me dio mucha alegría, pero duró poco (literalmente, solo la tuve un año)”, señaló.
La ex Miss destacó que la corona que vale la pena procurar es la eterna. “La que se recibe dando a conocer a Jesús, mostrando amor genuino unos por otros a través del servicio, el sacrificio y el impacto del Reino, esa es una corona que perdura”, declaró Demi Leigh.
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