Un predicador preso por acusación falsa, llevó a 11 reclusos a Cristo después que predicó la salvación en Jesús. Sorprendentemente, todos ellos salieron libres antes e cumplir con sus sentencias.
Una acusación falsa es suficiente para que un cristiano sea arrestado o se le impida vivir su fe en la India . Este fue el caso del predicador indio Subhash, quien reunió al menos a 1.500 personas en los cultos, lo que molestó a los líderes de su aldea.
“El Señor pone gozo en mi corazón a pesar de mis luchas”, le dijo Subhash a un reportero de Open Doors.
Todo comenzó cuando Dios sanó a la esposa de Subhash, que en ese momento practicaba el hinduismo y ya había gastado todo su dinero en tratamientos. “Un día, un creyente me llevó a una iglesia. Cuando el pastor oró por ella, pudo levantarse y caminar lentamente. Mi fe aumentó”, dijo.
La cura no fue instantánea, su esposa empezó a mejorar cada día, hasta que estuvo completamente sana. A partir de esta experiencia, el hombre se convirtió en un seguidor dedicado de Jesús: comenzó a orar por la sanidad de los enfermos.
“Más gente empezó a acudir a mí, queriendo que orara por ellos. En ocasiones, asistieron hasta 3.000 personas”, afirmó.
Las multitudes pusieron celosos a los ricos propietarios hindúes de la aldea. Uno de ellos era un hombre influyente al que los aldeanos llamaban "Thakur", un título utilizado por las comunidades de clase alta de la India.
“La gente muy rica solía venir a mi humilde choza con sus grandes carros; querían que orara por ellos. Me trataron con respeto. Thakur y otras personas hindúes adineradas me envidiaron en todo esto. Estaban extremadamente enojados porque estaba predicando acerca de Cristo”, relató el predicador.
Thakur y otros obligaron a una niña a testificar contra Subhash, diciendo que la secuestró y la torturó. Otros hindúes influyentes de la comunidad también presentaron acusaciones falsas y Subhash fue arrestado.
“La niña que testificó asistió a mis reuniones de oración. Fue devastador saber que la gente a la que serví me traicionó”, lamenta.
Evangelismo en prisión
Detenido, Subhash clamó a Dios, quien no se olvidó de su servo. “Dios me usó dentro de la prisión”, dijo. “Compartí el Evangelio con otros 12 presos. 11 de ellos creyeron, así que les enseñé a orar".
En el décimo día de su encarcelamiento, Subhash tuvo una experiencia con Dios. “El Señor me dio una visión de que había sido entregado. Comencé a decirles a todos mis compañeros de prisión: 'Todos ustedes van a ser testigos de cómo el Señor me va a liberar hoy'.
Sus compañeros de celda le advirtieron lo improbable que era su liberación. “Me dijeron que los cargos en mi contra eran tan fuertes que no podría ser liberado por menos de tres años. Pero sus dudas no afectaron mi fe. En cambio, les dije que también oraran por su liberación, para que Dios pudiera liberarlos junto conmigo".
Sucedió lo inesperado: "El Señor respondió a todas mis oraciones, fui liberado y también los otros 11 presos que creyeron".
Subhash salió de prisión gracias al apoyo de Open Doors y ahora vive en discreta libertad. Ya no puede realizar reuniones de oración con miles de participantes, pero nada le impidió continuar con "proclamar a Cristo". Va de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio y orando por la gente.
“Cuando experimentamos persecución, Dios nos bendice. Nos convertimos en un pedazo de tela que se lava varias veces: cuanto más somos lavados por la persecución, más limpios nos volvemos”, concluyó el predicador.
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