En medio de la persecución, los cristianos permanecen en su fe y el Evangelio avanza en Myanmar. Recientemente, más de 500 personas entregaron sus vidas a Cristo.
Nueve meses después del golpe militar que devastó Myanmar, la crisis y la violencia continúan en el país. El ejército birmano ha atacado a civiles y ha perseguido a la minoría cristiana.
“La situación es difícil de describir”, informa el hermano Lwin, colaborador de Open Doors Mission. "Dondequiera que van los militares, queman casas, matan cerdos [de los que dependen muchas familias para obtener ingresos] y ocupan iglesias".
Sin embargo, ante esta situación caótica, cada vez más personas se dirigen a Jesús en busca de esperanza. Unas 544 personas aceptaron a Jesús y 166 de ellas ya han decidido bautizarse en las aguas. "Dios todavía está atrayendo a la gente a sí mismo. ¡Alabado sea Dios! Aunque hay impotencia, estamos viendo a muchas personas venir a Cristo en este momento", testificó el hermano Lwin.
Entre las conversiones se encuentran 50 niños que fueron alcanzados en el entrenamiento de Open Doors el mes pasado. “Al asociarnos con las iglesias locales, estamos llegando a los niños, asegurando la salvación a una edad temprana, fortaleciendo su fe, construyendo un buen carácter y ayudando a desarrollar una actitud cristiana en sus vidas”, explicó Lwin.
La crisis en el país ha abierto lo que los socios locales llaman “focos de oportunidad”. “Podemos implementar capacitación en línea y visitar la iglesia perseguida y los desplazados internos en medio de los disturbios en el país. En medio de una escena de intensa lucha y violencia, ¡Dios está obrando poderosamente!”, declaró el hermano Lwin.
El socio de Open Doors agregó que la misión también está llevando ayuda humanitaria a los creyentes en Myanmar. En septiembre de este año, más de 7.000 cristianos recibieron ayuda y discipulado.
“Debemos tener cuidado con nuestra labor de ayuda porque a veces un camión lleno de suministros para los creyentes puede malinterpretarse como suministros proporcionados a los grupos rebeldes”, explica el hermano Lwin. "Tenemos que tener cuidado, pero creemos que el Señor tiene el control".
Iglesias y cristianos afectados
Desde que el ejército tomó el poder en febrero de este año, han aumentado los ataques contra los cristianos, que representan alrededor del 6% de la población mayoritaria budista. La represión en curso ha dejado a las minorías étnicas religiosas en Chin y otros estados aún más vulnerables.
En junio, los líderes de la iglesia en el estado oriental de Karenni informaron de ataques militares contra al menos ocho iglesias. En septiembre, una iglesia bautista en el estado de Chin fue alcanzada por fuego de artillería militar en un intento por contener la resistencia en el país.
Durante el ataque, finalmente le dispararon a un pastor bautista. Estaba ayudando a apagar el fuego en una de las casas, según informó International Christian Concern (ICC).
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