Un hombre sufrió un ataque cardíaco que le causó la muerte súbita. Los médicos dijeron que las posibilidades de recuperación eran bajas, pero milagrosamente despertó cuando 50 creyentes oraban frente del hospital.
Brian Huber, de 31 años, sufrió un paro cardíaco mientras corría una media maratón en Waukee, Iowa, por lo que fue llevado inmediatamente al hospital. Le pusieron un respirador, pero tenía muy pocas posibilidades que sobreviva, según el pastor Brandon K. Beaman.
Al día siguiente, un domingo, más de 50 fieles de la iglesia Holltop, congregación de las Asambleas de Dios, se reunieron fuera del hospital, se acercaron a la habitación de Huber y oraron por su curación.
La esposa de Huber, Nichole, una de las personas que oraban afuera, recibió más tarde una llamada de una enfermera que decía que Brian había comenzado a responder a las órdenes de un médico mientras el grupo oraba afuera.
Al día siguiente, Brian había progresado hasta el punto en que le quitaron el respirador. También prácticamente, la iglesia apoyó a la familia, que incluye a un hijo de 5 años y una hija de 3 años, con comidas mientras Brian se recuperaba.
Se mudaron a Iowa en 2016 y no tienen familiares en el área, pero la experiencia los hizo sentir como si los tuvieran.
“Por la forma en que se nos ha aparecido los hermanos de la iglesia, tenemos una familia aquí”, dijo Brian, quien es el gerente de ventas regional de Ferrero USA para esa región.
“La oración estalló como un cohete en nuestra iglesia”, dijo el pastor Beaman. "Fue un momento realmente genial para nuestra familia de la iglesia, siendo tan joven, ver que Dios sana y mueve montañas, y que nuestras oraciones son efectivas cuando nos reunimos".
“Cuando crees en lo grande, Dios se muestra grande”, dijo Beaman.
"La oración sigue siendo el corazón de la iglesia en crecimiento. Juntos, los participantes oramos al estilo de Jericó alrededor del complejo teatral donde se realizan los cultos. A raíz de la recuperación de Huber, las peticiones de oración se han disparado desde entonces”, dijo el pastor.
Huber se sometió a una cirugía para insertar un desfibrilador cardioversor implantable en el costado de sus costillas. Recibió autorización médica para volver al trabajo y reanudar todas sus actividades normales el 4 de octubre.
“Mis hijos están tan felices que pueden abrazarme ahora que mi incisión se ha curado”, dice Huber.
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