Un cristiano en Vietnam, que enfrenta represalias por su fe en Jesús, está dispuesto a morir en defensa de sus creencias y jamás renunciar al Señor.
Thao (nombre ficticio por razones de seguridad) y su esposa, entregaron sus vidas a Cristo y se convirtieron en los primeros de su aldea en profesar la fe cristiana. Desde entonces han tenido que enfrentar la discriminación y el hostigamiento de las autoridades.
Después de su conversión, decidió mudarse de la casa de sus padres que no eran cristianos, al igual que sus cinco hermanos. Mientras esperaba los materiales para la nueva casa, Thao construyó una tienda de campaña improvisada para la familia en la propiedad de sus padres.
Sin embargo, antes de que Thao pudiera siquiera comenzar el trabajo, las autoridades del gobierno local vinieron y le prohibieron hacerlo, con argu8mentos diversos que le impidieron llevar a cabo su proyecto.
En el segundo intento de reconstrucción, Thao compró un pequeño terreno junto a la casa de sus padres y comenzó a construir. Solo unos días después, las autoridades locales regresaron y exigieron que Thao detuviera la construcción y demoliera lo que ya había comenzado. Afirmaron que la casa está dentro de la “zona de no construcción”, es decir, no se puede construir ningún establecimiento, público o privado.
“Nunca podrás construir una casa en esta área. ¡Constrúyelo en algún lugar donde esté tu Dios!”, le dijo el funcionario local a Thao.
“Si Thao realmente violó la ley de 'zona de no construcción', entonces más de la mitad de las casas de la aldea también tendrían que ser demolidas. Hacen esto porque la familia de Thao se ha vuelto cristiana y no lo quieren”, dice el pastor de Thao.
Recientemente, Thao fue citado a la comisaría, donde fue advertido y amenazado por los policías. Pero esto no intimidó al joven, ni siquiera le molestó.
El pastor temía que pudieran desalentarse y abandonar su fe, por lo que llamó por teléfono y recibió una respuesta contundente al respecto. "Me preocupaba que pudieran renunciar a su nueva fe, pero cuando llamé, me dijeron: "¡Estamos dispuestos a morir pero nunca renunciar a Jesús!", relató el líder cristiano.
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