Una mujer que creció en una familia budista, adorando a Buda y muchos otros dioses, conoció a Jesús al invocar su nombre, y experimentó un encuentro sobrenatural.
Intava, de 22 años, nació en San Francisco, California, y creció en una familia que emigró de Laos a Estados Unidos, país donde se familiarizó con los Diez Mandamientos, pero decidió combinarlos con las reglas budistas.
“En realidad, todo tenía un dios. Si querías que tu casillero en la escuela fuera vigilado, le rezabas al dios de los casilleros. Si necesitas un lugar para estacionar, hay un dios para eso ”, explicó sobre la creencia de la familia.
“Aprendí las enseñanzas cristianas, pero seguí las reglas budistas. Y pensé que era una buena persona y que me iba al cielo. Las reglas budistas eran muy similares a los Diez Mandamientos, así que pensé que no estaba rompiendo mi código moral”, explicó Intava.
Un día, Intava no se sentía bien emocionalmente. Ella dice que buscó en Google "¿Cómo curar un espíritu aplastado y un corazón roto?" El motor de búsqueda seleccionó dos artículos. Uno que fue científicamente probado: "Toma aspirina". Y otro que parecía más difícil: "Arrepiéntete y vuélvete a Jesús".
En ese momento, caminaba en mala compañía y comenzó a romper los Diez Mandamientos. “Me lastimé mucho”, admitió. “Pero la oscuridad me llevó a la luz”, continuó.
Intava dice que su caída fue grande. “Rompí los mandamientos cristianos. La gente solo me conocía por fuera y decía que era una buena persona, pero por dentro era mala”, reveló.
“¿Sabes cómo es el petróleo crudo? Es un líquido pegajoso antes de convertirse en gasolina. Era como si me estuviera ahogando”, comparó. Ella dijo que eso era lo que se sentía: “Sentí como si estuviera siendo devorada desde adentro por mis pecados. Me sentí tan sucia y horrible y no pensé que hubiera salida”, enfatizó.
Desesperada por su estado actual, la mujer decide pedir ayuda a todos los dioses que le fueron presentados en la infancia. “Le pregunté a los dioses budistas, a los dioses de Laos, a los dioses griegos y romanos, egipcios, mayas e indios”, consideró.
“Les recé a todos. Quería algún tipo de consuelo de ellos. Fue muy difícil. Solo estaba buscando un amigo que entendiera mi interior. Busqué por todas partes para encontrar algo que me ayudara”, continuó.
Hasta que Intava cayó al suelo y empezó a llorar. “Necesitaba un Salvador. Era una cosa de cuento de hadas, la damisela en apuros necesitaba que alguien la salvara”, describió.
“Yo estaba como, 'Por favor, que alguien venga a salvarme. Mis pecados me están comiendo viva”, agregó.
Luego, Intava relata que llamó a Jesús en la oscuridad de su habitación. “En ese momento, sentí que los demonios estaban allí diciendo: 'Destruyamos a Intava por última vez'. Era medianoche y estaba muy oscuro”, recordó.
Mientras oraba, arrepintiéndose, la habitación de repente se iluminó inexplicablemente. “No era una luz eléctrica. Era una luz sobrenatural. Fue como si el Big Bang explotara en esa habitación, como un sol brillante”, detalló.
“Mi frente estaba en el suelo y mis ojos estaban cerrados. Pero miré un poco. Y pensé: 'Oh no, este es el santo Dios maravilloso que está en la habitación'. Y yo era todo lo contrario. Pensé que iba a morir en ese momento”, reveló en un video.
La mujer dice que cuando se asomó, vio el borde de la túnica de Jesús. “Era hermosa, la luz más brillante y más blanca que jamás había visto. Era como si el dobladillo de su túnica tuviera luz propia, como si estuviera tejido con hilos de luz”, describió.
“Me sacó de ese petróleo crudo y pude respirar por primera vez en mi vida”, dice. “Jesús vino. Llamé a tantos dioses y no vinieron. Cuando llamé a Jesús, vino. Todos los demonios huyeron”, continuó.
“Sentí que se me había ido un peso de los hombros”, testificó. Actualmente, Intava asiste a una iglesia y asiste a servicios en línea. Toda la densa oscuridad se ha ido”, concluyó.
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