Un científico especializado en química, pero también activo en política, acaba de publicar un libro que habla de las diferentes formas en que la ciencia valida la fe, en lugar de contradecirla.
Jim Martin, doctor en química de la Universidad de Princeton y profesor en el Davidson College, también ha estado activo en política. Fue diputado y más tarde gobernador de Carolina del Norte de 1985 a 1993 por el Partido Republicano.
Hijo de un pastor presbiteriano, Jim Martin siempre ha tenido la fe como una gran parte de su vida, y este viaje lo ha llevado a comprender que no hay conflicto entre la Santa Biblia y la ciencia.
El libro Revelation Through Science, publicado recientemente, recibió el premio International Impact Award por su enfoque explicativo de cómo los descubrimientos científicos validan la fe cristiana.
“Hay, veamos, 3.100 millones de anillos en el ADN”, comentó Martin, mientras señalaba una imagen con la famosa doble hélice, durante una entrevista con Fox 8.
“¿Cuáles crees que son las posibilidades de hacerlo bien si sucede por casualidad? No sucederá por casualidad. Ninguna de estas reacciones ocurre cuando se juntan un montón de aminoácidos, no se obtienen proteínas”, agregó, argumentando que es poco probable que la vida en el planeta Tierra sea una cuestión del azar.
La ciencia es la forma en que Dios nos habla, afirmó el científico: “La gente dice: 'Bueno, aquí hay algo que la ciencia no puede explicar. Y entonces este es Dios'. El problema con eso es que alguien va a desarrollar la ciencia para explicar y, ¿dónde está Dios? Tienes que encontrar otro hueco. Se llama el concepto del Dios de las brechas".
Abundan los ejemplos de esto, incluso en casos famosos de malentendidos: “Galileo, que creo que es el icono de la disidencia, no estaba en desacuerdo contra la Iglesia y contra lo que la Iglesia decía, estaba en desacuerdo con lo que Aristóteles había dicho sobre la Tierra siendo fijo y el sol girando alrededor de la Tierra”.
Mientras explica la química, Martin se divierte: “Los enlaces de hidrógeno dan al hielo una estructura particular. El hielo, exclusivamente, flota. Todo lo demás, cuando se congela, se hunde cuando se solidifica porque el sólido es más denso que el líquido. Con el agua, el sólido se expande por los enlaces de hidrógeno”, ejemplificó con entusiasmo.
En medio de diversas ilustraciones sobre ciencia, el químico cristiano espera que su libro contribuya a abrir este tipo de discusión sobre la fe y la ciencia: “Todos están en su propia burbuja y no pueden hablar con nadie que tenga un punto de vista diferente. Hay grupos de burbujas y se están comunicando, pero no entre sí y creo que ese es uno de los grandes problemas de la polarización”, concluyó.
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