Un pastor comparte el mensaje del evangelio a su propio agresor, después que recibió 37 puñaladas que lo dejaron al borde de la muerte. Afortunadamente, el líder cristiano sobrevivió y decidió perdonar al atacante.
Fue un día por la madrugada del año 2009, cuando el pastor Kevin Ramsby se despertó con el sonido de cristales rotos en la planta baja de su casa en Detroit (EE. UU.). Un adicto a las drogas había ingresado a la vivienda para consumir narcóticos allí.
“Como pastor del centro de la ciudad, he interactuado con muchos adictos a las drogas y miembros de pandillas a lo largo de los años. Comprendí los peligros de vivir y ministrar en esta comunidad, pero también sabía que era un campo misionero al que Dios me había llamado”, dijo Ramsby a AG News.
Ese día, el pastor estaba solo en la casa. Después de terminar una larga semana de evangelismo en el área metropolitana de Detroit, su esposa e hijos fueron a visitar a familiares en otro estado.
“Encendí las luces, golpeé una raqueta de tenis contra las paredes y grité: '¡Esta es mi casa! ¡Sal de aquí!' Cuando llegué al pie de las escaleras, un hombre me apuñaló en el abdomen con un cuchillo de 25 centímetros de mi propia cocina”, relata el pastor.
Ramsby cayó hacia adelante y el cuchillo lo atravesó aún más, creando una herida de quince centímetros. Cuando vio las pupilas dilatadas del hombre y la mirada vacía, se dio cuenta de que "estaba drogado con crack".
En ese entonces, el hombre comenzó a registrar la casa en busca de dinero, mientras que el pastor permanecía tendido en el piso de la cocina. Finalmente, el delincuente abandonó la casa dejando al pastor muy mal herido.
Esperando morir en cualquier momento, Ramsby recuerda que comenzó a orar: “Le rogué a Dios que protegiera a mi familia y no permitiera que se amargaran por mi asesinato. Le pedí que fuera el padre de mis hijos cuando crecieran sin mí. Cuando terminé de orar, comencé a perder el conocimiento”.
Sanación y perdón
Ramsby se despertó una semana después en el hospital, rodeado de familiares y amigos. Pasó por un tiempo de recuperación física y emocional.
“Ojalá pudiera decir que me desperté de un coma con el perdón brotando de mi corazón. De hecho, el miedo y la ira abrumadora que sentí cuando recordé el ataque fueron tan desgarradores como mis heridas físicas”, dice.
Ramsby confiesa que llegó al extremo de declarar "perdono" por un sentido de obligación cristiana, pero sabía que no era sincero. “Cada día era un recordatorio de algo que [ese hombre] me había robado: mi salud, mi sentido de seguridad, las finanzas de mi familia, la inocencia de mis hijos, mi ministerio”, dice.
“Fantaseaba con atrapar al hombre. Pero en medio de la confusión, sentí el llamado del Señor: 'Kevin, has sido perdonado mucho'. Confesando mi incapacidad para vencer el odio, invité a Jesús a trabajar en mi corazón”, agrega el pastor.
Encuentro con el agresor
Tres años después del ataque, Ramsby asistió al juicio de su atacante. “Estaba nervioso al ir a la corte, pero también confiaba en lo que Dios había hecho en mi vida”, dice.
Ramsby sorprendió a la corte cuando se negó a compartir el testimonio como víctima, pero en cambio, inspirado por la historia de José, quien perdonó a sus hermanos y exaltó a Dios, decidió compartir una "declaración de vida".
“Le expliqué que ahora era un hombre mejor debido al ataque. Me había convertido en un mejor esposo, padre y pastor. El dolor me dio la oportunidad de llegar a ser más como Jesús”, dijo en ese momento.
El hombre recibirá una sentencia de prisión de 18 a 40 años. Ramsby dice que ahora es libre de vivir su vida sin la carga de la falta de perdón.
Durante los últimos 8 años, el pastor dice que habló con el agresor a través del correo electrónico de la prisión. Esto le hizo cambiar de opinión sobre ese hombre. "Escucho a Jesús decir: 'Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen' (Lucas 23:34). Y cuando me permito escuchar esas palabras, veo a un hombre que necesita de un Salvador”, agrega.
El pastor fundó Fight To Forgive, un ministerio evangelístico creado para llevar a las personas al perdón y la reconciliación a través de Jesús. “Mi misión es llevar a las personas a un Dios que sana y restaura”, expresó.
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