El presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyayev, firmó una nueva ley que mantiene en vigor varias restricciones a la libertad religiosa. Además, la libertad de expresión en el país también está bajo presión.
El proyecto de ley fue aprobado por el Senado y enviado a la firma del presidente, pero sin publicación del texto. De hecho, la última vez que las comunidades religiosas y los activistas de derechos humanos del país vieron un borrador de texto fue en 2020.
En la población uzbeka, la mayoría se autodenomina musulmana y, aunque es un país con una república democrática, el gobierno se define mejor como un "estado autoritario con derechos civiles limitados".
Según la agencia de noticias Forum18, el texto de la nueva ley no ha cambiado mucho. Las actividades y enseñanzas religiosas aún requieren el permiso del estado y compartir la fe con otros sigue estando prohibido.
Los libros religiosos y otras publicaciones continuarán enviándose al Comité Estatal de Asuntos Religiosos para la “revisión de expertos”, y el proceso de registro de organizaciones religiosas sigue siendo un desafío burocrático, dice la agencia.
Situación de los cristianos uzbecos
Dejar el Islam para seguir a Cristo puede ser costoso en ese país. El riesgo es aún mayor para muchas mujeres a quienes, dadas las expectativas sociales que rodean la sumisión, no se les permite efectivamente elegir su propia religión.
Las actividades religiosas están controladas por el estado. Los cristianos que son miembros de iglesias no registradas son vistos como una amenaza para el gobierno. Los seguidores de Cristo pueden tener reuniones invadidas, arrestadas o multadas por participar en "acciones ilegales". Los pastores son un objetivo especial porque las autoridades quieren causar miedo y ansiedad en las congregaciones.
Mientras tanto, el gobierno también ha impuesto multas a los periodistas por artículos sobre asuntos religiosos y ha impuesto restricciones en los sitios de redes sociales. En el mes de junio pasado, uno de los sitios de noticias más populares de Uzbekistán, Kun.uz, dejó de publicar durante un día después de que uno de sus reporteros fuera multado por escribir artículos que violaban la “legislación sobre extremismo religioso”.
Según Open Doors, la organización de noticias ha publicado una declaración en la que dice que está cada vez más preocupada por las restricciones a la libertad de expresión.
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