Un empresario que se ha convertido en evangelista, ha decidido invertir su propio dinero en la construcción de una iglesia para servir a las personas pobres y marginadas.
Mark Mathew, no solo invierte su dinero, también da su tiempo trabajando en comunidades marginadas en los últimos 37 años, en la región de Kulai, Malasia.
"Generalmente los pobres y necesitados son puestos a un lado, incluso en las iglesias", dijo el hombre de 66 años, que clasificó su trabajo evangelístico en la comunidad de Orang Asli como "un desafío".
Mark cree que los marginados están privados de muchas cosas en la vida, ignorados y discriminados debido a su situación precaria. "He aceptado este desafío a causa de mi experiencia personal", dice, refiriéndose a sus propios vicios del pasados. "Yo sé que Dios puede levantar a alguien que se vuelve hacia Él con sinceridad".
Acciones como las realizadas por Mark ha hecho que el Evangelio crezca en Asia, a pesar de toda la persecución y oposición en el continente.
La gente que frecuenta la iglesia que Mark abrió, tiene el perfil de personas que, según él, no son muy aceptadas en la sociedad. "Hay alcohólicos y adictos a las drogas. Algunos son jóvenes criminales porque quedaron atrapados en una comunidad que tiene muchos de esos problemas", explica el evangelista.
Mark dice que todo se hace de forma sencilla. Ellos no tienen empleados ni pastores pagados, todo se hace de forma voluntaria. "Usamos lo que tenemos de recursos propios para mantener la iglesia funcionando, conduciendo nuestros servicios de la manera más simple".
Mark y los voluntarios se encargan de llevar a la gente a la iglesia. "Tenemos que recoger a cada persona, traerla a la iglesia y luego llevarla de vuelta", dijo el evangelsita, que también sirve alimento después de cada culto a unas 100 personas por semana. "Siempre servimos comida a todos después de cada servicio. "Son personas pobres y necesitadas", agregó.
Él dijo que eso le trae gran alegría, pues cuando la gente va a la iglesia dice que nunca fueron tratadas tan bien o se sintieron tan amadas en una comunidad cristiana.
"No es sobre cómo usted abre una iglesia, es sobre cómo usted cuida de las personas que vienen a la iglesia", dijo Mark. "Creo que cualquier pecador, incluso un preso o criminal puede ser transformado por el poder de Cristo y vivir una buena vida", enfatizó el evangelista. AcontecerCristiano.Net
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