Una mujer, que abandonó el Islam para convertirse en seguidora de Cristo, contó su testimonio de cómo el Evangelio cambió su vida y pudo amar a los judíos a quienes odiaba.
Ana (nombre ficticio por razones de seguridad) causó una gran conmoción cuando se dirigió a una congregación israelí usando un burka, con apenas una pequeña abertura en los ojos.
"Yo nací y crecí en un país musulmán. La palabra 'judío' fue inculcada en mí como una mala palabra. Me enseñaron que el judío no debería existir ... Ellos deberían ser muertos. "Nunca pensé en cuestionar el por qué", contó al ministerio One For Israel.
Ana se acordó de una ocasión en que una multitud se aglomeró en público. "Yo estaba con mi padre y fuimos empujados hacia adelante. Vi a una mujer atada, sentada en una caja. Un hombre tomó una espada y decapitó a la mujer. Mis piernas temblaban, mi corazón latía muy rápido, y mi padre dijo: "Si no escuchas nuestras enseñanzas, eso sucederá contigo un día"".
Incluso siguiendo las tradiciones islámicas, Ana no podía manejar los problemas de su vida a través de su creencia. "Era una persona quebrada. En mi tiempo de oración yo levantaba mis manos y clamaba a Alá por ayuda. "Por favor, ayude a mi padre a dejar de golpear a mi madre. Por favor, ayude a mi padre que deje de golpearme. Pero ninguna ayuda venía", recuerda.
Años más tarde, su familia se mudó a Estados Unidos, pero Ana continuó emocionalmente conmocionada. "Cuando mi abuela murió de un ataque al corazón, me quedé muy dolida y necesitaba ayuda. Una mujer llamada Paula me preguntó si estaba bien y empecé a llorar. Entonces ella me abrazó y me dijo: "¿Te gustaría ir a la iglesia conmigo?".
"Cuando entré en esa iglesia, sentí amor y aceptación de esas personas como nunca antes. Por primera vez en mi vida, oí un mensaje de la Biblia. Fue sobre Yeshua (Jesús), cuando Él leyó en el rollo del profeta Isaías: 'El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ungió para predicar el Evangelio a los pobres, para curar a los de corazón quebrantado, dar vista a los ciegos y proclamar libertad a los cautivos", afirmó.
Ana recuerda que esta fue la primera vez que escuchó palabras de libertad y sanación. "Yo estaba ciega con tanto odio en mi corazón y estaba desesperada por ser liberada. Yo sabía que la decisión de dejar el Islam era grande. Pero yo estaba desesperada por conocer a un Dios vivo", contó.
"El día en que entregué mi vida para convertirme en una seguidora de Jesús, dije: "Dios, perdóname, porque yo no sabía que odiaba a tu pueblo", dijo Ana. Y sacándose la burka, ella anunció a la congregación: "Ahora ya no lo necesito. Yo amo al pueblo judío, porque es el Dios de ellos y el Mesías que estoy siguiendo y Él dice para amarlos. Este es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, y la nación de Israel es el latido del corazón de Dios".
Ana dijo que hoy predica el Evangelio a los sobrevivientes del Holocausto. "Yo nunca había oído hablar del Holocausto y ahora me encuentro con sobrevivientes. Escucho sus historias y comparto las mías con ellos, diciendo: 'Tu Mesías cambió mi corazón. Él me rescató y trajo alegría a mi vida nuevamente. "Yo soy una mujer bendecida". AcontecerCristiano.Net
COMENTA: Musulmana acepta a Cristo y evangeliza a judíos: "Jesús cambió mi corazón"