PERÚ.- Todos los presos recluidos en un solo pabellón han abrazado la fe cristiana, después que conocieron el Evangelio en prisión. Ahora dan testimonio del poder transformador de Cristo en sus vidas.
El pabellón 8B del penal Cristo Rey del pueblo de Cachiche, en Ica, es diferente a los otros pabellones, pues todos los presos que allí cumplen condena, han tenido un cambio radical en sus vidas.
En este pabellón para reos primarios, todos los que lo habitan tienen una Biblia en la mano. Todos sus internos forman parte de la iglesia cristiana “La mano de Dios tocó mi corazón”, que el pasado viernes cumplió un año.
El director del penal, Jorge Mateo Suyo, sostiene que la religión es un complemento a su resocialización y posterior reinserción a la sociedad. En paralelo, todos los internos llevan terapias de psicología y terapias grupales e individuales para tratar de modificar la conducta que los llevó a estar presos.
Cada integrante de esta iglesia, cuyo fundador es Henry Ames León, porta una Biblia y permanecen con ella gran parte del día. Solo la dejan cuando laboran en uno de los talleres del programa “Cárceles Productivas” que tiene la penitenciaria.
Para el primer aniversario de la iglesia en la prisión, los reclusos invitaron a la alcaldesa de la ciudad de Ica, Emma Mejía, y al director de la Oficina Regional de Lima del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), Rubén Ramón Ramos.
Todos han coincidido en sugerir que esta iglesia evangélica debe extenderse al resto de pabellones y, por qué no, a los 68 penales del país.
“No desmayen en ese trajín de lograr sus sueños y posterior reincorporación a la sociedad. Logren su cambio en base a la fe”, dijo Ramón. AcontecerCristiano.Net
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