Miles de los refugiados iraníes se están convirtiendo a Cristo en Turquía, gracias a la labor de evangelismo de pastores, que desafían las leyes religiosas musulmanas prohibiendo la conversión a otra religión.
Uno de estos pastores es Karl Vickery, que predica en un auditorio, ante un público cuyo idioma no comprende. Para hablar de Jesús, el pastor estadounidense tiene la ayuda de un traductor persa. En una sala de conferencias de un hotel de la ciudad de Denizli, Turquía, unos 60 iraníes cantan alabanzas a Dios.
"No soy famoso ni rico, pero yo conozco a Jesús. Yo tengo a Jesús", dice el pastor, mientras un nuevo convertido de habla Farsi, grita: "¡Aleluya!" y aplaude. Al final del mensaje, Vickery ofrece orar por cada persona en la sala.
Entre los fieles se encuentran Farzana, una mujer de 37 años de edad de Teherán, y su hija de 3 años Andya. Ella no quiere dar su apellido porque dice que su familia en Irán puede sufrir persecución por su conversión. Su familia sabe que se convertido a Cristo y tiene miedo de su propia seguridad dentro de Irán.
Sabah Allahvardi, una estudiante universitaria de 22 años, está emocionada por su bautismo. Se mudó a Turquía hace seis meses. Ella y otras nueve personas salen de la piscina radiantes y felices. "Nunca pensé que me pasaría esto, pero ahora estoy muy feliz porque mi vida ha cambiando", dijo la mujer al medio NPR.
En Turquía y en todo el Medio Oriente y Europa, los evangélicos están llevando a Cristo a los refugiados musulmanes que intentan emigrar a Occidente. Los refugiados en Turquía han escapado de Irán, donde la conversión a cualquier religión, excepto el Islam, es ilegal. En algunos países islámicos, la conversión al cristianismo se castiga con el encarcelamiento o la muerte. AcontecerCristiano.Net
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