EEU.UU.- Un hombre racista que se desempeñó como líder de Ku Klux Klan, entregó su vida a Cristo y fue bautizado por un pastor negro, a quien antes odiaba y ahora abraza como hermano.
Ken Parker fue parte de movimientos neonazista durante seis años, y desde el 2012 pasó a ser parte de Ku Klux Klan (KKK), una organización racista secreta que nació en el siglo 19 en los Estados Unidos. Dentro de la jerarquía del grupo, él era el Gran Dragón, que representaba al estado de la Florida.
En los últimos doce meses, sus conceptos habían cambiado radicalmente a través de una profunda experiencia con Dios y con los principios del Evangelio.
Parker estuvo en las polémicas manifestaciones en Charlottesville, en las que cientos de hombres y mujeres hicieron saludos nazis y gritaban consignas contra negros, inmigrantes, homosexuales y judíos.
Durante las protestas ultranacionalistas, Parker conoció a la cineasta Deeyah Khan, que estaba filmando para un documental sobre grupos de odio. Su actitud de generosidad tocó el corazón del neonazi.
"Después de la protesta, ella vino hacia mí para asegurarse de que yo estaba bien", dijo Parker a NBC News, debio a esta actitud de la mujer pasó a lidiar con muchas dudas en los meses siguientes.
"Ella fue completamente respetuosa conmigo y con mi novia todo el tiempo", dice sobre Khan. "Eso me hizo pensar: ella era una mujer de confianza. Sólo porque ella tiene la piel más oscura y cree en un Dios diferente que yo, ¿por qué debía odiarla?
Algunos meses después, Parker conoció a un vecino afroamericano, el pastor William McKinnon. Al principio, el muchacho no sabía que era pastor, pero supo que había algo diferente en él.
La pareja comenzó a conversar con McKinnon, que los invitó al culto de la iglesia. Seis años después de ingresar al KKK y siete meses después de la protesta en Charlottesville, Parker decidió que estaba cansado de su vida y se rindió a Jesucristo.
Un mes después, se presentó ante la congregación afroamericana para contar su testimonio. "Yo dije que era un gran dragón del KKK, pero el Klan no era lo suficientemente odioso, así que decidí convertirme en un nazi", recuerda Parker. "Pero después del culto, nadie de ellos me dijo algo negativo. Todos ellos me abrazaron y apretaron mi mano, animándome a continuar.
Desde entonces, su transformación ha sido intensa. Recientemente, Parker entró en el mar para ser bautizado por el pastor McKinnon, rodeado por miembros de la iglesia.
Al día siguiente, Parker fue a una clínica para que le quiten los tatuajes, retirar el diseño de la esvástica, del símbolo del KKK y de la bandera confederada con las palabras "orgullo blanco".
"Quiero decir que lo siento mucho", dijo Parker cuando se le preguntó sobre todas las personas a quienes hirió todo este tiempo. "Sé que he dispersado mucho odio y disgusto, pido perdón a quienes lastimé. Ahora tenga nueva vida en Cristo y los amo", dijo. AcontecerCristiano.Net
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