Un misionero que estuvo preso en Corea del Norte, reveló que durante su detención, compartió el Evangelio al guardia que lo vigilaba.
En mayo de 2017, el misionero Kim Hak-Song, estaba en un tren volviendo a Dandong, China, la ciudad fronteriza con Corea del Norte, cuando miembros del servicio de seguridad lo arrestaron y lo acusaron de actos hostiles contra contra el gobierno.
Los guardias justificaron la detención con pruebas contra él. Para su sorpresa, cuando preguntó a sus captores que "actos hostiles" al gobierno él habría cometido, fue informado de que su crimen era la oración.
Recientemente, Corea del Norte puso a Kim Hak-Song en libertad junto a otros dos misioneros y regresó a los Estados Unidos. Durante un culto en la Iglesia Oriental Mission, en East Hollywood, California, él testificó cómo fue su vida en la prisión norcoreana.
El misionero Song negó que haya violado las leyes norcoreanas sobre religión. Pero los representantes del gobierno le mostraron la copia de un e-mail que había enviado a los miembros de la Iglesia Oriental Mission pidiendo que oraran por Corea del Norte. También tenían fotos que comprobaban que había dirigido la oración con un grupo de personas.
Song dijo a la Iglesia que no fue torturado durante el período de más de un año que pasó en la prisión, pero pasó por mucho "dolor y luchas". Sin embargo, eso no acabó con su fe.
Durante su tiempo preso, uno de los guardias pidió al pastor que le hablara acerca del cristianismo. Él explica que comenzó con Génesis, el primer libro de la Biblia: "Me alegro de haber logrado compartir el mensaje de Dios con aquel hombre", cuenta.
El misionero pasaba mucho tiempo en oración en su celda intercediendo a favor de su familia.
El día en que fue liberado, pensó que estaba simplemente siendo transferido de celda. Los guardias le dijeron que recogiera sus pertenencias y le preguntaron si había algo más de lo que necesitaba. El misionero respondió: la Biblia.
Al entrar en el avión de regreso a Estados Unidos, después de saber que su liberación era una petición del presidente Donald Trump, él afirmó que tenía convicción de que "Dios estaba con él".
El misionero dijo ante la iglesia que "los milagros de Dios todavía suceden y la oración sigue siendo muy importante". AcontecerCristiano.Net
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