IRAK.- Un misionero cristiano sobrevivió de milagro a una ráfaga de disparos del Estado Islámico, que los atacó fuertemente en una embocada. Mientras se producía la incursión, el misionero clamó a Dios por protección.
Dave Eubank, misionero estadounidense, trabajaba en el equipo médico de los Free Burma Rangers (FBR), dando apoyo a la unidad del Ejército iraquí, comandada por el teniente Husssein, mientras luchaban calle por calle para expulsar a los yihadistas del Estado Islámico de la ciudad de Mosul.
Eubank cuenta cómo sobrevivió al ataque terrorista, que se produjo el 18 de mayo del 2017, cuando fueron rodeados. Su labor era ayudar a evacuar a los civiles de la ciudad, pero cuando se vio en medio del fuego cruzado, rodeado por los combatientes del Estado Islámico, comenzó a clamar en el nombre de Jesús. En eso escuchó los gritos de Allah Akbar de tres terroristas que se acercaban corriendo y disparando hacia donde él estaba.
Enseguida sintió un dolor en su brazo izquierdo y vio que brotaba mucha sangre. Junto a él, yacía herido el teniente Hussen, que había recibido tres disparos en el pecho, dos en el brazo izquierdo y uno en la pierna izquierda. En ese momento algo inesperado sucedió. "Sé que fue Dios quien nos ayudó. Ellos simplemente se marcharon", dijo el misionero.
Con la ayuda de Zau Seng y Justin, Eubank lograron levantarse y sacar a Hussein de la calle. Mientras los combatientes del ISIS estaban escondidos, continuaban disparando. Mientras el equipo de los FBR socorría a Hussein, el misionero oraba.
Luego de esperar más de 20 minutos, llegó el blindado del ejército iraquí para recoger y llevar a los heridos a un hospital. A pesar de haber sido disparado a quema ropa, Hussein sobrevivió sorprendentemente. Los médicos dijeron que era un verdadero milagro. Uno de ellos aseguró: “Nunca he visto a nadie sobrevivir a heridas como esas, sólo Dios podría haberlo ayudado".
Hussein se recuperó y fue en busca de Eubank para darle las gracias. Él sobrevivió, aunque quedó afectado con los movimientos del brazo comprometidos.
“Le recordó el poder de la oración y le dijo que muchas personas estaban orando por su trabajo allí. Nuestro equipo se reunió en oración por él y pedíamos que Dios nos protegiera", testifica Eubank.
Al regresar a Estados Unidos, el misionero está dando testimonio de estas historias en las iglesias, relatando el milagro que sucedió con él y Hussein, gracias al poder de la oración. AcontecerCristiano.Net
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