La proclamación histórica de Donald Trump, reconociendo a Jerusalén como la capital eterna del pueblo judío, fue un gran paso para establecer el Tercer Templo y establecer la era mesiánica, dijeron activistas judíos que trabajan para hacer realidad la construcción del templo sagrado.
"Lo que hizo Trump fue un enorme paso para la llegada del templo", dijo Asaf Fried, portavoz del Movimiento Unidos por el Templo, en asociación con organizaciones que tienen el objetivo de construir el Tercer Templo, según informa Breaking Israel News.
Fried explicó que "esto necesariamente tuvo que llegar de un no-judío para que participen en el proceso y para que puedan tomar su parte en el templo".
Fried comparó el papel de Trump con Ciro , el rey persa que terminó el exilio de Babilonia y ayudó a construir el segundo templo judío. Él recordó Proverbios 21:1, que dice: "El corazón del rey es como un río controlado por el Señor; él lo dirige hacia donde quiere".
Yakov Hayman, presidente del Movimiento Unido por el Templo, vio la declaración del presidente estadounidense como parte de una progreso histórico, que se suma a una serie de cambios importantes en la historia moderna de Israel. "En 1917 tuvimos la Declaración de Balfour que restableció a Israel entre las naciones. Cien años después, en 2017 tenemos la declaración de Trump", comparó.
Él dice que ahora es una cuestión de tiempo hasta que los no judíos hagan otra declaración semejante, reconociendo el Monte del Templo como el lugar del templo de los judíos, pero también señaló que para avanzar en el proyecto, era necesaria esa unión. "Cuando los judíos y los no judíos se unen, el nuevo tmplo será inevitable", enfatizó.
Hayman sabe que todavía faltan muchas etapas en este proceso complejo, con judíos y no judíos desempeñando diferentes papeles mientras buscan un objetivo mutuo.
"El pueblo de Israel está regresando a sus raíces, mientras que simultáneamente los no-judíos del mundo se están dando cuenta de la autenticidad de nuestra reclamación al Monte del Templo y nuestro derecho a construir un templo judío como una Casa de Oración Para Todas las Naciones", explicó Hayman.
Su evaluación de la personalidad del presidente estadounidense es que se trata de una figura única: "Hay algo muy especial y hasta sagrado en Trump. A veces, parece grosero y no conectado a la religión, pero cada vez que se dirige a su nación, habla sobre Dios. La noche pasada, dijo que reconocía a Jerusalén porque ésta era lo correcto. Así es precisamente como un líder guiado por Dios debe hablar". AcontecerCristiano.Net
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