PUERTO RICO.- A pesar de la devastación del huracán María, puertorriqueños se reunieron en las calles para orar y alabar a Dios, en un acto de fe que ha sido catalogado de admirable.
Miles de casas han sido destruidas por el paso del huracán María, incluso algunos templos fueron dañados, pero otros soportaron los fuertes vientos y están sirviendo de refugio y como centro de distribución de alimentos.
Ministerios evangélicos y organizaciones de ayuda social trabajan para suplir las necesidades básicas de los damnificados.
Un líder cristiano afirmó que la devastación puede ser descrita como “apocalíptica”, ya que la isla sufrió un desastre tras otro.
Antes del huracán María, Puerto Rico fue golpeada por el huracán Irma. Todo esto en medio de una crisis económica sin precedentes, que ha provocado que miles de personas abandonen la isla para irse a Estados Unidos.
El evangelista Franklin Graham anunció que la organización Bolsa del Samaritano, de la Asociación Evangelística Billy Graham, ha enviado médicos, evangelistas y toneladas de donaciones a la zona del desastre.
A pesar de esta situación, grupos de cristianos se reúnen en las calles para alabar a Dios y orar por el país, clamando por intervención divina.
Los vientos del huracán en Puerto Rico llegaron a 281 kilómetros por hora, causando la muerte de 13 personas, además de las miles de casas destruidas total o parcialmente. AcontecerCristiano.Net
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