Los expertos estiman que el Mar Muerto, ubicado entre Israel, Jordania y los territorios palestinos, desaparecerá para 2050. La razón esgrimida fue el desvío de agua del río Jordán. Un proyecto multimillonario que une a israelíes, jordanos y palestinos, intenta salvarlo transportando agua desde el Mar Rojo, ya que cerca del 35% de su superficie ya se ha perdido.
Por ello, a principios de diciembre del 2015, Israel y Jordania lanzaron una licitación para la construcción de un oleoducto que transportará agua desde el Mar Rojo hasta el Mar Muerto. Según el Ministerio de Agua y Riego de Amán, la capital jordana, el plazo para que empresas y consorcios compitan por el pedido es hasta finales de marzo del próximo año.
Silvan Shalom, el viceprimer ministro israelí habló en i24news sobre un "paso histórico para salvar el Mar Muerto". La candidatura conjunta israelí-jordana es un "éxito ambiental y diplomático extraordinario" y muestra "más que nada la fructífera cooperación entre los dos países", dijo el líder.
El plan
La idea es bombear 300 millones de metros cúbicos de agua desde el Golfo de Aqaba cada año a través de un enlace de 180 kilómetros que cruza el desierto de Negev hasta el Mar Muerto. En una primera fase, se debe crear la infraestructura para el proyecto. Esto también incluye la planta desaladora con una capacidad de 65 millones a 85 millones de metros cúbicos anuales. 850 millones de euros es el costo estimado por el ministerio jordano.
Parte del agua del Mar Rojo se canalizará al Mar Muerto, otra parte se desalinizará, beneficiando tanto a israelíes como a palestinos. Jordania también necesita agua con urgencia: el 92% de la superficie del país es desierto y su población crece con la llegada de refugiados sirios.
Discrepancias.
El proyecto ha sido criticado por ambientalistas que creen que podría representar un riesgo para los entornos del Mar Muerto y el Mar Rojo. El golfo de Aqaba alberga corales que reaccionan con sensibilidad a las fluctuaciones en la salinidad del agua.
La pérdida de volumen comenzó en la década de 1960, cuando Israel, Jordania y Siria extrajeron cada vez más agua del río Jordán, la principal fuente de abastecimiento del Mar Muerto, que ganó su nombre porque contiene una cantidad de sal diez veces mayor que la de los océanos, imposibilitando la existencia, por ejemplo, de los peces.
El proyecto para desviar agua del Mar Rojo al Mar Muerto ha estado en proceso durante décadas. Pero solo en diciembre de 2013, Jordania, Israel y la Autoridad Palestina llegaron a un acuerdo para salvar el lago salado, así como para dividir el agua en la región.
El nivel del agua del Mar Muerto actualmente cae alrededor de un metro por año. En 2013, su superficie estaba a 427,13 metros bajo el nivel del mar.
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