Tracy Trinita, que era muy bien pagada en el negocio del modelaje comercial. Trinita incursionó en el modelaje cuando ganó un concurso a los 15 años de edad, en su pueblo natal de la isla de Bali, en Indonesia. Atraída por el dinero y la fama, se trasladó a Nueva York para prepararse en una carrera de la industria.
"Pensé que si tenía mucho dinero sería más feliz, así que seguí el modelaje para tener la felicidad, dejando a mis amigos y familiares para viajar a Nueva York”, dijo a Christian Today.
A pesar de su éxito conseguido en el mundo, Trinita dice que no podía evitar el sentimiento de vacío. Acudió a sus amigos en busca de consejo, pero estos le aconsejaron consumir drogas y acudir a las fiestas por la noche, así que buscó otra alternativa.
Notando que la gente con fe en Jesús eran más felices y contentos, decidió explorar la idea de la existencia de un Dios. En la confusión de tantas opiniones, ella clamó a Dios pidiéndole "por favor revélate a mí".
En una oportunidad tenía que viajar a París para un trabajo de modelo. Cuando llegó, conoció a una chica que la invitó a la iglesia. Trinita fue al servicio y su vida cambió. "Dios llenó mi corazón y mi mente y consoló mi corazón, sentí amor como nunca antes lo había sentido", dijo.
"Confíe en Dios y deje que el Espíritu te guíe. Es el poder de Cristo, no el nuestro, que hace que la gente encuentre a Dios, porque es Él quien llama a la gente", agregó.
Trinita sintió ser luz en el mundo oscuro del modelaje, dando a conocer el amor de Jesús a otras chicas. "Creo que el Señor me permitió tener mi primera experiencia de evangelización sin darme cuenta que estaba evangelizando", dijo. AcontecerCristiano.Net
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