Vin Baker jugó en la NBA, fue muy famoso a finales de 1990. Después de 13 años como jugador profesional, cuando se retiró en 2006, contaba con más de 100 millones de dólares en su cuenta.
Los vicios le costó su carrera en la NBA, además destruyó su vida y lo llevó a la bancarrota. Hizo una serie de malas inversiones y fue engañado por su contador.
"Cuando llegué a lo más bajo, cuando perdí todo lo que tenía, me sentí tan desesperado por encontrar respuestas. Fue entonces cuando busqué a Jesús", recuerda.
A los 43 años, ha vuelto a empezar de nuevo. Pero él es feliz. Dice que descubrió su verdadero yo, y su vida ahora tiene sentido en los caminos de Dios.
"Es gratificante. La vida cristiana es más satisfactorio que hacer un juego con el equipo de las estrellas", dijo. "Estoy feliz y me siento bendecido por estar en esta posición, con una mente sana, un entendimiento claro de dónde vengo, de todo lo que pasé, y para poder compartir con otros".
Baker, que alguna vez fue un multimillonario, ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney en el año 2000. Hoy en día es el gerente de una red de sucursales de tiendas de café Starbucks.
"Cuando estás protegido por la armadura de Dios, no importa la cantidad de dinero que tengas o cuántas medallas de oro gane en los Juegos Olímpicos. No, esta armadura significa orar, y sirve para protegerse del enemigo. Cuando usted tiene millones es fácil olvidarse de Dios. Fui culpable por lo que pasé, nunca fui a la iglesia. Pero Jesucristo me trajo de vuelta bajo su protección", dijo Baker
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