Samita Bajracharya, ahora de 12 años, fue durante algunos años una Kumari. Residente de la ciudad de Lalitpur, ella no podía salir de su casa, excepto para asistir a los rituales religiosos, según publica el sitio BBC.
La vida de Samita era recibir religiosos en su casa, después que sus pies eran besados, escuchaba las oraciones de los fieles, que recibían una marca roja en la cabeza.
La madre de Samita tuvo que aplicar un maquillaje en la cara de su hija y no podía dejarla salir de la casa, pues tenía que participar en un ritual religioso, ella era llevada cargada, pues sus pies no podían tocar el suelo.
Cientos de personas hicieron fila para acercarse a Samita y recibir su bendición. Para recibir a los fieles, la niña era traída en un trono sentada en el centro y puesta en el patio frente de su casa. En la entrada de la propiedad había un cartel que decía "diosa viviente".
Ahora de 19 años, dijo a la BBC, que después de su primera menstruación tuvo que enfrentar el mundo exterior, ir a la escuela e incluso sufrir perjuicio.
"Cuando me fui de casa por primera vez, no sabía cómo caminar bien", dice la que fue una diosa viviente hasta los 15 años. Ella tuvo que aprender a caminar y no perder el año escolar, recibió clases particulares en su casa.
Una vez que Samita tuvo su primer periodo, fue encerrada en una habitación donde el sol no entró, nadie podía entrar en esa habitación, sólo las mujeres de la familia y amigos. Después de 12 días, las Kumari dejaban de ser consideradas como diosas y podían salir de la casa a vivir como adolescentes normales. AcontecerCristiano.Net
COMENTA: Adoran a niñas consideradas diosas en Nepal y les piden su bendición