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La Última Cena de Jesús y sus apóstoles, es uno de los eventos fundamentales del cristianismo, por lo que dos arqueólogos investigan que fue lo que comieron.
Los expertos italianos, Generoso Urcioli y Marta Bergogno, están en Israel con el objetivo de descubrir el antiguo menú. El estudio forma parte del proyecto de divulgación científica "Arqueorecetas", cuyo objetivo es justamente reconstruir las costumbres alimenticias de las civilizaciones de la antigüedad, según publica El Clarín.
"Nuestras fuentes son los datos arqueológicos, desde la iconografía hasta el análisis del contexto histórico y las técnicas cada vez más sofisticadas para analizar materiales, mediante las que es posible entender cómo se preparaba un determinado alimento en un contenedor de cerámica", explicó Urcioli al diario italiano "La Stampa", que cita "Yediot Aharonot".
Los expertos parten de las comidas hebreas actuales e intentarán remontarse a las de hace dos mil años. En el estudio de los arqueólogos, respecto a comida ya hay algunas concluciones: "Jesús y sus discípulos eran hebreos y seguían la tradición", recordó Marta Bergogno.
"Ello imponía, por ejemplo, que no pudieran comer carne de ungulados (animales como la cabra) con pezuñas, usar el farro (un cereal gramíneo originario de Egipto) o cocinar la carne en leche", añadió.
"Otro aspecto seguro es que Jerusalén, entonces bajo dominio romano, era una ciudad internacional, por lo que existiría una cocina con influencias latinas", destacó la arqueóloga.
El cristianismo es la única religión monoteísta que no tiene prohibiciones alimenticias. Pero, ¿por qué es importante saber qué incluía el menú de la Última Cena?
"Se trata de un evento significativo para la humanidad, al cual sería importante dar profundidad y concreción. Porque no hay nada más concreto y cotidiano que la comida", aseveró Urcioli.
AcontecerCristiano.Net
Los expertos italianos, Generoso Urcioli y Marta Bergogno, están en Israel con el objetivo de descubrir el antiguo menú. El estudio forma parte del proyecto de divulgación científica "Arqueorecetas", cuyo objetivo es justamente reconstruir las costumbres alimenticias de las civilizaciones de la antigüedad, según publica El Clarín.
"Nuestras fuentes son los datos arqueológicos, desde la iconografía hasta el análisis del contexto histórico y las técnicas cada vez más sofisticadas para analizar materiales, mediante las que es posible entender cómo se preparaba un determinado alimento en un contenedor de cerámica", explicó Urcioli al diario italiano "La Stampa", que cita "Yediot Aharonot".
Los expertos parten de las comidas hebreas actuales e intentarán remontarse a las de hace dos mil años. En el estudio de los arqueólogos, respecto a comida ya hay algunas concluciones: "Jesús y sus discípulos eran hebreos y seguían la tradición", recordó Marta Bergogno.
"Ello imponía, por ejemplo, que no pudieran comer carne de ungulados (animales como la cabra) con pezuñas, usar el farro (un cereal gramíneo originario de Egipto) o cocinar la carne en leche", añadió.
"Otro aspecto seguro es que Jerusalén, entonces bajo dominio romano, era una ciudad internacional, por lo que existiría una cocina con influencias latinas", destacó la arqueóloga.
El cristianismo es la única religión monoteísta que no tiene prohibiciones alimenticias. Pero, ¿por qué es importante saber qué incluía el menú de la Última Cena?
"Se trata de un evento significativo para la humanidad, al cual sería importante dar profundidad y concreción. Porque no hay nada más concreto y cotidiano que la comida", aseveró Urcioli.
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