Andrea cree que es una ofensa a su fe cristiana, porque eso sería una forma de control establecidas en el libro de Apocalipsis. Su postura generó un gran debate tras recibir atención de los medios. Por otro lado la escuela asegura que es una medida de seguridad para los estudiantes.
Actualmente se está llevando una batalla legal en la corte de Texas y la primera victoria de Andrea ya ha ocurrido. Preventivamente, la escuela decidió dejar el "programa de monitoreo de estudiante" hasta la decisión judicial final. El proyecto de San Antonio fue un piloto que debe ampliarse a todas las escuelas de Texas en un futuro próximo.
Según funcionarios de la escuela, el impacto del caso de Andrea ha motivado que otros estudiantes no quieran ser supervisado por la escuela. El Instituto Rutherford está defendiendo a la familia de Hernández, que requiere que su hija sea readmitida en la escuela y pueda completar sus estudios.
Los primeros 4.200 estudiantes de las escuelas de secundaria John Jay y Jones Middle School se vieron obligados a utilizar los llamados "SmartID", una placa con un chip RFID (Radio frequency identification). Esta tecnología hace que el chip envía señales a un receptor que indica la ubicación de la persona dentro de la escuela, controlando su presencia en el aula y el acceso a la biblioteca.
Apoyada por miembros de varias iglesias de la ciudad, Andrea dijo que continuará luchando por su derecho a no ser monitoreados. AcontecerCristiano.Net
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