Pero Mitchell-Yellin no participa de un movimiento espiritual ni practica el esoterismo: es académico e integra el grupo de científicos dedicado a estudiar un campo poco habitual en las universidades: la inmortalidad.
"Vamos a ser muy cuidadosos en documentar las experiencias cercanas a la muerte y otros fenómenos, tratando de descubrir si son muestras plausibles de una vida en el más allá o son ilusiones biológicamente inducidas. No vamos a gastar dinero en estudiar reportes de secuestros alienígenas", aseguró el profesor John Martin Fischer, en la declaración de principios del grupo de investigación.
Son US$ 5 millones: una suma poco habitual para proyectos académicos en filosofía o ciencias "blandas", mucho menos dedicados a una materia tan controvertida –y hasta ahora poco demostrable- como la existencia de vida tras la muerte. O el cielo y el purgatorio, el karma, la reencarnación, la posibilidad del hombre de vivir para siempre: todos temas que contemplará el llamado "Proyecto Inmortalidad".
Así lo bautizó Fischer -un reconocido filósofo con cargo de Profesor Distinguido en la Universidad de California en Riverside que en el pasado ha teorizado sobre el libre albedrío, la responsabilidad moral y los dilemas éticos-, a quien se le concedió el financiamiento millonario que durará hasta junio de 2015 e involucrará a científicos, filósofos y teólogos de todo el mundo.
"Hay mucha gente que nos contacta con historias, que son reales e importantes para ellos y sobre las que quieren que hagamos investigación. Es un desafío poder evaluarlas en su justa medida cuando son tantas las que nos llegan", dice a BBC Mundo Benjamin Mitchell-Yellin, investigador del grupo y encargado de revisar esos mensajes.
Según señala, el interés milenario por entender qué ocurre tras la muerte y por validar (o descartar) experiencias sobrenaturales ha sido abordado por la literatura, el cine, la teología… Pero no ha estado en el centro de un proyecto académico de esta envergadura.
Mitchell-Yellin explica: "Hay teorías que sugieren que habrá una explosión de inteligencia relacionada con el desarrollo de tecnologías en las próximas décadas. Una vez que esta explosión se concrete, podremos quizás alcanzar la inmortalidad a partir de hacer un upload del contenido de nuestra mente a supercomputadores: de tal modo, la mente no estará ya localizada en el cerebro sino en una supermáquina".
¿Suena ciencia ficción? El Proyecto Inmortalidad se propone demostrar lo contrario: que tal vez los gatos que fluctúan entre "planos de la existencia" y los túneles y jardines que se visualizan tras la muerte son aptos de ser estudiados bajo la rigurosa lupa de la ciencia. AcontecerCristiano.Net
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