Hace unos días, el pastor brasileño José Dilson da Silva, misionero de la Agencia Presbiteriana de Misiones Transculturales, y la misionera brasileña Zeneide Novais, de Misión Siervos, cumplieron cuatro meses de detención en la cárcel de la ciudad senegalesa de Thiès, a 70 kilómetros de Dakar, capital de Senegal.
Tras diversas audiencias con el juez, la defensa de los misioneros había solicitado su libertad provisional, que ha sido denegada con los argumentos de “perturbación del orden público, riesgo de fuga y continuación de la actividad”. Según la defensa, el último motivo haría referencia a la acusación de proselitismo, cargo que venía acompañado de tráfico de menores y asociación para delinquir, ya desestimados.
El caso tuvo inicio el 6 de noviembre de 2012, cuando el padre de uno de los niños atendidos por el proyecto humanitario desarrollado por los acusados hizo una denuncia, después de que su hijo se negara a seguirle en sus actividades religiosas. La situación se complicó al descubrirse que el funcionario del despacho de abogados contratado para poner en regla la documentación de la asociación no era abogado, y no hizo la tramitación pertinente, dejando el proyecto desprovisto de amparo legal. Estos hechos ya han sido aclarados ante la fiscalía tras varias visitas sorpresa al centro para entrevistar a los internos y a sus familias.
La detención tuvo una gran repercusión en Brasil hasta llegar al Gobierno. El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Antônio Patriota, se puso en contacto con el Presidente de Senegal, Macky Sall, y una comisión formada por un senador y dos diputados del parlamento brasileño hizo una visita a los misioneros y a su proyecto, que consiste en recibir niños que viven abandonados en las calles de Dakar para darles asistencia sanitaria, educación y vivienda.
Mientras están encarcelados, José Dilson y Zeneide han empezado actividades de apoyo a sus compañeros de prisión, con el objetivo de mejorar la situación precaria que se vive dentro de la institución penitenciaria. Su buen comportamiento ha llamado la atención de las autoridades, que ahora empiezan a verlos con buenos ojos y a reconocer el valor del proyecto. Se espera que el juez instructor del caso tome una decisión favorable a los misioneros, pero las trabas legales que están surgiendo en el proceso posiblemente retrasarán la liberación. AcontecerCristiano.Net
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