“Martin Luther King fue una herramienta de Dios para cambiar el mundo en el que yo crecí”, ha opinado John Piper. El recién jubilado pastor de Betlehem Baptist Church (Minnesota) y reconocido autor internacional ha rendido homenaje al líder del Movimiento de los Derechos Civiles en un artículo blog en “Desiring God” . Destaca el valor y “el peligroso desinterés en sí mismo” que Luther King mostró cuando siguió adelante con su lucha pese a ser consciente que le iba a costar la vida.
Recordando su adolescencia, Piper da algunos datos demoledores de los años 50. Por ejemplo, que en 1956, un 86% de los habitantes blancos del sur de EEUU rechazaban que los estudiantes blancos y negros asistieran a los mismos centros educativos. O que el 62% no aceptaban que una familia afroamericana se mudara a un barrio blanco, aunque tuviera el mismo nivel de educación o de ingresos que el resto de vecinos.
En el artículo, el autor reflexiona sobre “el mundo inseguro, condescendiente y humillante” en el que vivían los ciudadanos negros. Y se pregunta: “¿Se ha parado un momento a pensar qué significa que hubiera fuentes distintas y habitaciones separadas para blancos y negros? ¿Qué podía significar excepto: ‘sois impuros’, como los leprosos”.
“Hacia el final, Luther King era cada vez más consciente de que su lucha le iba a costar la vida”. En su predicación en una iglesia de Memphis en 1968 , la noche anterior a perder la vida, Luther King se había mostrado exultante: “Veo a Dios trabajando en este período del siglo XX, en la forma extraña en la que los hombres están respondiendo. Algo está sucediendo en nuestro mundo”.
Piper recalca la lucha “desinteresada” de líder del movimiento, porque no se frenó cuando el peligro de su vida se hacía cada vez más evidente. En este sentido la predicación de Luther King, en Memphis, poco antes de morir, habría sido “profética”:
“Tenemos días difíciles por delante. Pero realmente no me importa ahora, porque he estado en lo alto de la montaña. Como cualquier persona, me gustaría vivir una vida larga, la longevidad tiene su espacio. Pero no estoy preocupado sobre ello ahora. Sólo quiero hacer la voluntad de Dios. Y él me ha permitido subir la montaña. He mirado más allá de la cima, y he visto la Tierra Prometida. Y estoy tan contento esta noche, no estoy preocupado por nada, no tengo miedo de ningún hombre. Mis ojos han visto la gloria de la venida del Señor”, decía el pastor afroamericano en su predicación.
Diez horas después, Luther King estaba muerto. “Mi mundo había cambiado para siempre, y estoy agradecido por ello”, concluye Piper. AcontecerCristiano.Net
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