Alred tomó responsabilidad por sus acciones y fue juzgado como menor de edad. En agosto de 2012 se declaró culpable de homicidio. En la noche del incidente se le realizaron dos pruebas de alcoholemia – una mostraba un contenido de alcohol en sangre de 0,06 y la otra una concentración de 0,07.
A pesar de no haber bebido lo suficiente para superar los límites legales de consumo, el juez tomó en cuenta este hecho, puesto que Alred es menor.
“Ya sé que mis palabras no pueden traerlo de vuelta... No quise hacer lo que hice. Quiero cambiar mi vida. He cambiado mi vida”, dijo Alred ante el juez, quien tomó su declaración como un signo de buena fe y le salvó de ir a la cárcel.
Sin embargo, a cambio de dejarlo en libertad, el juez le impuso varias condiciones: tiene que graduarse de la escuela secundaria, la escuela de soldadura, someterse regularmente a pruebas de drogas, alcohol y nicotina y acudir a las reuniones con los familiares.
El requisito más polémico para la liberación de Alred fue su obligatoriedad de acudir a la iglesia al menos una vez a la semana durante los próximos 10 años. Este asunto plantea preguntas sobre si una persona puede ser obligada a acudir legalmente a ceremonias religiosas, puesto que la iglesia y el estado siguen siendo dos instituciones separadas.
“Esto podría poner presiones sobre la gente para que haga algo que no harían normalmente en su vida, y no sé si una iglesia quiere ver cómo alguien acude a la iglesia sólo bajo la obligación del Gobierno”, dijo Gary Allison, profesor de derecho en la Universidad de Tulsa.
Por su parte, el abogado de Alred manifestó que su cliente va a la Iglesia todos los domingos, por lo que ese requisito no será un problema para él. AcontecerCristiano.Net
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