A este mensaje en particular, uno de los mensajes más personales de todos los que llegó a grabar, el Hermano Pablo le puso por título: “¡No lo crea!”
“Quiero en este día, mi amigo, ser muy franco con usted. Algún día le va a llegar la noticia, pueda ser que estas mismas ondas la transmitan, que el Hermano Pablo, ha muerto. Digo eso por la sencilla razón de que tarde que temprano todos tenemos que morir. Si Jesucristo tarda en su regreso al mundo, todos los que ahora vivimos tendremos que pasar por el río de la muerte, y aunque nadie sabe cuándo, todos sabemos que ese día es seguro.
Así que amigo, ya sea por voz audible, por el periódico, o por estas mismas ondas radiales, algún día usted oirá la noticia que el Hermano Pablo, ha muerto. Cuando eso ocurra: ¡no lo crea! Así como se lo estoy diciendo: ¡no lo crea!
No, no es que alguien haya mentido. No creo yo que cupiera en el corazón de alguien engañar en una cuestión tan importante. No es eso. Si llegara el anuncio, lo más probable es que, en efecto, mi corazón haya dejado de latir. Pero el verdadero yo, aquello que es mi personalidad, mi fuero interno, mi alma, mi vida espiritual, no habrá muerto. Más bien, ese es el día en que estaré más vivo que nunca.
Es que, amigo mío, yo nací dos veces. La primera vez nací en 1921, pero volví a nacer en 1932 cuando tenía 11 años de vida física. El primer nacimiento fue el del cuerpo, el segundo nacimiento, fue el del espíritu, y aunque el cuerpo muera, el espíritu nunca morirá. Al contrario, el simple hecho de haber nacido de nuevo me garantiza vida eterna junto al Señor Jesucristo.
Así que, cuando oiga la noticia que el Hermano Pablo ha muerto, ¡no la crea! Será ese el día en que el verdadero Hermano Pablo se haya trasladado a una vida superior, a la vida eterna, a la vida en la que no hay enfermedad, ni dolor, ni tristeza, donde no hay remordimiento, ni pecado, ni muerte. Será ese el día, mi amigo, en que de veras he de estar vivo.
¿Ha tenido usted la experiencia del segundo nacimiento? Jesucristo le dijo al dirigente judío llamado Nicodemo: ‘os es necesario nacer de nuevo’, y amigo, esa misma declaración es tan verdadera hoy como lo fue el día en que Jesús la hizo. ¿Ha nacido usted de nuevo?”
AcontecerCristiano.Net
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