La llamada “Estrella de Belén” es uno de los símbolos bíblicos más reconocidos de la Navidad. Durante muchos años los expertos han indagado la naturaleza del astro, mientras los escépticos dicen que es una fantasía.
Los estudiosos cada vez más sugieren que la Estrella de Belén fue la estrella que conocemos hoy como el planeta Júpiter, el rey de los planetas representando al niño Rey de Reyes.
John Mosley, astrónomo del Observatorio Griffith, explica que con sólo una fecha, su computador puede encontrar algo en el cielo “suficientemente interesante para alertar a los Reyes Magos a hacer su viaje”.
Durante los últimos cien años, la mayoría de expertos dicen que Jesús nació alrededor del año siete antes de Cristo, contradiciendo lo que decían los primeros escritores de la Iglesia.
Sin embargo, el historiador Ernest Martin sostiene que los autores antiguos estaban en lo cierto. Eso le permite a Mosley reconstruir en su computadora los cielos antiguos.
Mosley explica que “en la mañana del 12 de agosto, 3 antes de Cristo, Júpiter y Venus estaban en muy cercana conjunción. Al ampliar parte del objetivo de la computadora podemos ver a Venus y Júpiter casi tocando. Estaban separados sólo por la decimocuarta parte de un grado”.
La aparición de Júpiter y Venus casi rozando probablemente fue suficiente para que los Magos iniciaran el viaje a Jerusalén en sus camellos. Todas las conjunciones se hicieron en la constelación de Leo que representaba Israel para los Babilonios.
“La astrología no es nada más que la corrupción de la verdad primitiva que podemos encontrar en las Escrituras, pero la astronomía y las señales en los cielos que Dios envió para presentar a Su Hijo al mundo son válidas”, asegura Martin.
Júpiter y Venus representaban un Padre y una Madre y de ellos se esperaba que naciera un Niño Rey, y eso fue aparentemente lo que pensaron los Magos.
“Al momento en que llegaron los Magos casi 15 meses después, ya era un niño pequeño” agrega Martin.
Pero los Magos vieron más cosas antes de llegar a Belén. Júpiter se acercó a la estrella Régulus, otro símbolo de realeza, no sólo una vez, sino tres veces siguiendo un giro estelar que recuerda a una corona celestial.
Y luego… “Venus llega y está en conjunción con Júpiter, debajo de Leo, a la izquierda de Régulus, el diecisiete de junio, dos antes de Cristo”, explica Mosley. “Encontramos que Júpiter en dos cercanas conjunciones con Venus y luego en tres cercanas conjunciones con la estrella Regulus durante un período de diez meses. Eso habría sido muy emocionante para los Magos y es por esa razón que escogimos Júpiter como la Estrella”.
Los Magos habrían visto esos eventos como una cartelera en el cielo diciendo: ¡UN GRAN REY HA NACIDO EN ISRAEL!
Aunque todas esas nuevas explicaciones sobre la Estrella de Belén pueden enriquecer el significado de la Navidad, la historia de la estrella representa solamente un capítulo de narración de la historia más grande jamás contada. AcontecerCristiano.Net
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