CURITIBA, Brasil.- Mujeres encarceladas están venciendo los vicios cantando alabanzas a Dios, en el Centro de Régimen Semiabierto Femenino (CRAF) de Curitiba, Paraná.
“Cuando alcanzaba ciertas notas, mis pulmones no me permitían sostenerlas”. Recuerda Vera, de 40 años, quien, como las otras prisioneras entrevistadas, prefirió no usar su nombre verdadero. “Algunas veces, sentía muchas ganas de fumar y tomaba agua. También oraba y le pedía ayuda a Dios para resistir un vicio que duró casi la mitad de mi vida. Hace ya cuatro meses que dejé de fumar”.
El coro fue establecido para que las prisioneras del CRAF tuvieran una alternativa a las drogas. De las 160 mujeres que cumplen condenas en la penitenciaría, 90% de ellas fueron condenadas por crímenes relacionados a estupefacientes.
“Organicé este coro como un medio de alejarlas de su dependencia al tabaco, al alcohol y, obviamente, a las drogas ilegales”, dice Roque Rogério Veríssimo, creador y coordinador del proyecto, quien también se desempeña como trabajador social en la Escuela de Derechos Humanos de la Secretaría de Justicia, Ciudadanía y Derechos Humanos de Paraná (SEJU). “Les hemos mostrado videos que explican lo que hace cada droga a la garganta, puesto que ahora necesitan cuidar de la voz”.
Desde que se creó el coro en junio, ocho de las 13 fumadoras del grupo han abandonado el cigarrillo.
Los ensayos se realizan los sábados en la Iglesia Evangélica Templo das Águias. Las prisioneras salen de la penitenciaría y durante dos horas se reúnen con las coristas y los músicos de la iglesia.
En estos ensayos semanales, las prisioneras aprenden sobre higiene vocal, realizan calentamientos y ensayan canciones con arreglos de voces.
Antes de ensayar, las integrantes de la iglesia y las prisioneras intercambian algo más que conocimiento musical.
“Nosotras conversamos sobre las elecciones que hacemos en la vida”, dice la directora del coro Bluma Carla Antunes Gomes. “La finalidad es que las prisioneras se sientan motivadas y comprendan que siempre existe una opción mejor que el crimen”.
La participación en el coro es un premio que se da a las presidiarias que se dedican a los estudios, dice la directora del CRAF Suely Vieira Santos. En la penitenciaría se ofrecen clases a nivel de escuela primaria, así como algunos cursos vocacionales.
“También hay mujeres que tienen autorización judicial para estudiar fuera del CRAM”, afirma Santos, quien piensa que la educación y el coro son aliados en la lucha contra la reincidencia delictiva.
El Coro Águias News se presentó por primera vez en el Día del Prisionero en Brasil, en el Centro de Régimen Semiabierto Femenino (CRAF) de Curitiba. “Pienso que sobrepasamos las expectativas de todo el mundo”, dijo la reclusa y corista Maria.
El Coro Águias News ensaya con el coro de una iglesia. “Mirando a todo el grupo, no se puede reconocer quién es una prisionera y quién no lo es”, dice Suely Vieira Santos, directora del Centro de Régimen Semiabierto Femenino (CRAF). (Debora Mühlbeier Lorusso para Infosurhoy.com)
Estas presas participarán en un coro y algunas de ellas van a aprender a tocar guitarra. Los instructores provendrán de universidades asociadas y se espera que la primera clase comience en diciembre.
El objetivo del programa, además de su valor terapéutico, es que las prisioneras reciban certificados de la Orden de los Músicos.
“Las prisioneras están privadas de su libertad, pero no del derecho al entretenimiento y la cultura”, sentencia Mostachio. AcontecerCristiano.Net
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