Israel.- Eruditos en un rincón aislado de la Universidad Hebrea, trabajan discretamente desde hace 53 años, en uno de los proyectos más ambiciosos que se hayan emprendido en materia bíblica: publicar la edición definitiva de la Biblia Hebrea, el Antiguo Testamento, y rastrear hasta el último detalle de su evolución a lo largo de los milenios.
Un gráfico proyectado sobre la pared de una oficina universitaria en Jerusalén revela algo que provocaría sobresalto a muchos lectores del Antiguo Testamento: el texto sagrado que la gente veneraba en el pasado no es el mismo que se estudia hoy.
La versión antigua de uno de los libros contiene una frase adicional. Otra parece haber sido modificada para incluir retroactivamente una profecía después de los sucesos en cuestión.
El texto ha evolucionado, a pesar de que muchos estén convencidos de lo contrario.
Para muchos judíos y cristianos, la religión dicta que las palabras de la Biblia en el original hebreo son divinas, inalteradas e inalterables. Para los judíos ortodoxos se trata de un concepto tan inviolable, que si el rollo de la Torá en una sinagoga contiene un error en una sola letra, el rollo entero es inservible.
Pero el trabajo en curso de los detectives académicos del Proyecto Biblia –tal el nombre del emprendimiento– revela que este texto fundacional del judaísmo y del cristianismo, conoció cambios durante largos períodos de su historia, y que su transmisión fue más desprolija y afectada por el error humano de lo que imagina el lector moderno.
Los eruditos del proyecto iniciaron en 1958 su trabajo para la edición crítica de la Biblia Hebrea, una obra dirigida principalmente a los estudiosos.
“Lo que hacemos aquí debe interesar a cualquiera que se interese por la Biblia”, señaló Michael Segal, el director del proyecto.
Segal y sus colegas trabajan casi en el anonimato. Su obra es casi desconocida fuera de un círculo de expertos bíblicos que incluye a lo sumo unos centenares de personas en todo el mundo. Un visitante que pregunte por la oficina del Proyecto Biblia descubrirá que muchos empleados de la universidad ni siquiera conocen su existencia.
Se trata de una empresa tan minuciosa, tan desconectada del mundo exterior, que en más de medio siglo de trabajo los eruditos han publicado apenas tres de los 24 libros de la Biblia Hebrea. (Para los cristianos, que cuentan de otra manera, son 39 en total.) Prevén publicar el cuarto durante el próximo ciclo académico.
A este paso, el producto final se habrá completado dentro de unos 200 años. Esto es motivo de orgullo con una pizca de autocrítica entre los miembros del proyecto. El último miembro del equipo original murió el año pasado a los 90 años.
Los eruditos han pasado años estudiando con lupa manuscritos tales como los Rollos del Mar Muerto, traducciones griegas manuscritas en papiros egipcios, una Biblia impresa en Venecia en 1525, manuscritos en pergamino, la Torá Samaritana y rollos en arameo y en latín.
El texto actual difiere de las versiones anteriores en varios lugares: diferencias que son la prueba de los inevitables tropiezos verbales, los errores de los escribas y otras huellas humanas que se convirtieron en parte de la Biblia en su transmisión oral y escrita. AcontecerCristiano.Net
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