Nueva York - EE.UU.- En la Iglesia ‘Gracia a los Fujianeses’ donde cientos de chinos se reúnen para alabar a Dios, muchos han viajado desde Boston, Filadelfia y tan lejos como Ohio y Tennessee para escuchar el evangelio en su propio dialecto fujianés.
Muchos de estos adoradores son inmigrantes ilegales. Pagaron a traficantes de personas hasta 80 mil dólares por llevarlos de china a Nueva York. Es un viaje largo y peligroso que incluye esconderse en contenedores de carga, riesgo de prisión o ser tirado por la borda.
Asombrosamente la mayoría no tiene dificultad en pagar el dinero, pues es como una inversión. Familiares y allegados juntan dinero con la esperanza de tener beneficios en el futuro. Se estima que unos 30 mil inmigrantes ilegales chinos entran a Estados Unidos cada año.
Muchos chinos llegan a Nueva York como budistas o sin religión alguna, pero a menudo aquí, mientras trabajan en restaurantes, escuchan de Jesús, a veces por primera vez.
Yoyo Zo llegó hace 12 años y ahora dirige un restaurante en Brooklyn. Ella dice que en China, Dios se sentía distante - pero aquí se siente más cerca de Dios: “Esta iglesia me ha ayudado a entender más sobre la Biblia y me dio lecciones que puedo tomar para aumentar mi fe”.
Bao Ping ayudó a fundar la Iglesia ‘Gracia a los Fujianeses’ hace 30 años. Dice que muchos enfrentan batallas por su visa y un futuro inseguro. Pero asegura que el objetivo de la iglesia es simplemente predicar a Jesús.
“Cuando usted viene, podemos hacer algo – usted necesita saber de Jesús – así que podemos ayudarle a orar al Señor, vaya a la corte o no, porque Dios está en control, no nosotros”.
El pastor Eliyah Shira dice que la cantidad de cristianos en Nueva York está aumentando. Han visto a más de 10 mil personas en los últimos diez años. Solo el año pasado, más de 500 creyentes chinos fueron bautizados. El dice que esta clase de crecimiento trae grandes desafíos.
“Tienen esperanza y al tener esperanza, saben que todo lo que les ocurra pueden llevarlo en oración”. “¿Cómo dar seguimiento? Dar a luz un hijo espiritual es fácil pero el crecimiento espiritual requiere oración”.
La iglesia provee clases de discipulado para los interesados en la salvación, bautismo y otras disciplinas – y como puede ver, las clases se llenan.
Yoyo está agradecida de estar en este país. Pero espera que su esposo – que aún no es creyente – pronto venga a conocer a Jesús: “Estoy orando por él y por mis hijos. Solía pensar que traer gente a Cristo es fácil, pero no lo es. Pero creo que un día él será creyente”. CBN AcontecerCristiano.Net
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