Sendai, Jàpón.- Han pasado tres meses y todavía hay mucha limpieza que hacer en esta área. Aún hay olor a muerte. Es difícil imaginar cómo los padres trataron de salvar a sus hijos. Aún pueden verse peluches y artículos escolares entre los escombros, en el área donde se hundió casi un metro y los residentes debaten si volverán o no para reconstruir sus hogares.
La Capilla Bíblica no pudo escapar a la poderosa ola del tsunami. Desapareció junto con la casa del pastor Noah Naito. Lo único que hallaron entre los escombros fue el letrero de la iglesia.
“Pasé cinco años de mi vida en este lugar. Perdí todo en el tsunami, pero supe que las cosas en que me enfocaba no valían nada. Lamento que no pude alcanzar a nuestros vecinos y ahora la mayoría murieron por el tsunami”.
La iglesia solo tenía 30 miembros, un tamaño típico en medio de una población budista y shintoísta. Además los japoneses son muy privados y aún los cristianos no quieren unirse a grupos grandes. Pero los desastres del 11 de marzo están permitiendo que ellos compartan el amor de Dios con las víctimas.
Jonathan Wilson, Director de CRASH Japón comenta: “Japón siempre ha sido un lugar difícil para compartir el Evangelio. Tienen de todo, pero lo que le falta es el conocimiento de Jesucristo. Ahora hay una apertura en Japón. Se han dado cuenta de que aunque tenemos todo, aún necesitamos esperanza”.
Tomoyuki Naito, Pastor de la Capilla Bíblica dice: “Antes del tsunami nuestra iglesia estaba a 700 metros de la costa y era un lugar muy vacío. Pero ahora estamos en un buen lugar donde acude mucha gente, así que hay más oportunidad de compartir el Evangelio. Todo es parte del plan de Dios”.
Una cruz levantada donde antes estaba la capilla da fe de que cuando todo se pierde, hay una cosa que perdura: “No necesitamos nada más que a Dios. Solo necesitamos tener fe en El, nada más”. CBN. AcontecerCristiano.Net
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