Argentina.- La cámara de crimen de primera nominación inició juicios contra el pastor evangélico Jorge Benítez, acusado de matar a un ladrón de origen peruano, José Ubilluz Vásquez. Lo habría herido en la arteria femoral con un cuchillo y murió desangrado.
El episodio ocurrió el 6 de octubre del año pasado, cuando el ministro y unos amigos llevaron a Ubilluz a una zona montuosa del barrio General Paz, Santiago del Estero, Argentina, y lo obligaron a que les dijera donde había llevado los elementos que habría robado de la iglesia y de los miembros.
En aquella ocasión Benitez hirió sin querer con un cuchillo en la arteria femoral al ladrón, quien llegó sin vida al Hospital Independencia, muerto desangrado.
En su declaración, el pastor dijo que sólo lo querían asustar porque había robado una bicicleta. “Le pegamos un par de trompadas. En ese momento tenía un cuchillo en el bolsillo y él intentó pegarme un par de patadas pero no me di cuenta que lo había herido. Recién después que vi el cuchillo con sangre observé que lo había herido”, contó Benítez a los jueces.
Al tiempo añadió con lágrimas en los ojos, ya que no pudo contener el llanto: “No podía creer que estaba muerto. Esto me transformó la vida. Le pido perdón a Jesús”. AcontecerCristiano.Net
El episodio ocurrió el 6 de octubre del año pasado, cuando el ministro y unos amigos llevaron a Ubilluz a una zona montuosa del barrio General Paz, Santiago del Estero, Argentina, y lo obligaron a que les dijera donde había llevado los elementos que habría robado de la iglesia y de los miembros.
En aquella ocasión Benitez hirió sin querer con un cuchillo en la arteria femoral al ladrón, quien llegó sin vida al Hospital Independencia, muerto desangrado.
En su declaración, el pastor dijo que sólo lo querían asustar porque había robado una bicicleta. “Le pegamos un par de trompadas. En ese momento tenía un cuchillo en el bolsillo y él intentó pegarme un par de patadas pero no me di cuenta que lo había herido. Recién después que vi el cuchillo con sangre observé que lo había herido”, contó Benítez a los jueces.
Al tiempo añadió con lágrimas en los ojos, ya que no pudo contener el llanto: “No podía creer que estaba muerto. Esto me transformó la vida. Le pido perdón a Jesús”. AcontecerCristiano.Net
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