La escasez de pruebas presentadas, sin embargo, generan dudas en torno a un hallazgo que ha sido anunciado decenas de ocasiones en los últimos 150 años. Anuncios que, a la larga, resultaron ser un engaño e invitan a la prudencia.
Según los exploradores, los restos que han hallado tienen unos 4.800 años de antigüedad y podrían ser del arca. «No es cien por cien seguro que sea el arca, pero sí pensamos que lo es al 99,9 %».
Ahmet Ozbek, geólogo turco, explicó por su parte que las bajas temperaturas y las condiciones ambientales de los depósitos glaciares y volcánicos ayudaron a preservar los restos.
La estructura hallada es de madera de ciprés. Los exploradores enfatizaron el buen estado de conservación de la estructura del barco, y hasta presentaron una foto de uno de los probables camarotes. «La estructura del barco tiene muchos compartimentos y eso señala que pueden ser los espacios en los que se ubicaron los animales», indicó. Aseguraron además haber realizado pruebas de Carbono 14 para fechar los restos en torno al 2.800 antes de Cristo, lo que coincidiría con las fechas calculadas a partir del relato bíblico.
La expedición fue realizada y financiada por el Ministerio Internacional del Arca de Noé, un grupo evangélico con sede en Hong Kong. En la rueda de prensa en la que revelaron el hallazgo también estaban presentes funcionarios del gobierno turco, algo que censuró el ministro turco de Cultura, Ertugrul Günay. «¿Con qué derecho se creen para participar en dicha conferencia?», se preguntaba Günay, añadiendo además que él espera que se investigue todo lo que haga falta, «algo bueno para el turismo». También cuestionó el hecho de que los restos hayan salido del país sin autorización. «¿Cómo han llegado estos restos a Hong Kong?», se pregunta el ministro. Ertugrul Günay indicó que la revelación de los supuestos restos del arca no contaban con autorización oficial.
Dada la importancia del arca de Noé como reliquia, no son pocas las expediciones arqueológicas -más o menos serias- que se han ocupado de su búsqueda. Pero las condiciones son muy difíciles: hasta hace poco se trataba de una zona militar reservada, en la que operaba la guerrilla kurda del PKK, que hace pocos años secuestró a un grupo de turistas extranjeros que escalaban el Ararat. A esto hay que añadir el frío extremo que agrieta las carreteras e impide los ascensos en la época de nieve, que se prolonga durante casi todo el año. «Aquí tenemos nueve meses de invierno», comentan los habitantes de la zona.
SE CUESTIONA LA VERACIDAD DEL HALLAZGO. El descubrimiento fue recibido con alegría en las proximidades del monte Ararat. Los pobladores esperan hacer su agosto con el turismo religioso, uno de los que más capacidad de convocatoria tiene a nivel mundial. «Es la octava maravilla del mundo, esperamos una explosión del turismo religioso. Ese puede ser el camino para acabar con los problemas de desempleo de nuestra región», aseguró el alcalde Hasan Arslan.
Sin embargo, la comunidad científica de la misma Turquía duda del hallazgo. Necmi Karul, profesor de prehistoria de la Universidad de Estambul, arguye que «el monte Ararat no estuvo cubierto de agua hace 4.800 años, y la historia del arca de Noé solo se apoya en intereses turísticos». Añadió que para preservar restos de madera de esa antigüedad se deberían haber conservado en un entorno sin oxígeno, algo que no es el caso en esa montaña.
Pero las críticas también vienen de parte de antiguos colaboradores de la Noah´s Ark Ministries International (NAMI). Randall Price, arqueólogo evangélico, participó en una de las expediciones realizadas en el año 2008. En un correo escrito a sus colegas, explicaba que «en el 2008 me dieron las fotos de lo que ahora dicen estaba dentro del arca». Price denuncia un «fraude» construido con fotografías tomadas «en un lugar próximo al Mar Negro».
Sobre las imágenes grabadas en vídeo, el arqueólogo explica que se hicieron «en el monte Ararat» gracias a que «10 trabajadores kurdos contratados» colocaron «unas largas vigas de madera tomadas de una vieja estructura encontrada en el Mar Negro». Según Price, a lo largo del año 2009 se siguieron colocando «más vigas de madera dentro de una cueva».
Price continúa contando que «el equipo chino vino a finales del verano de 2009 (yo estaba allí entonces y sabía del timo) y se les mostró la cueva con las maderas para que hicieran sus filmaciones. Como he dicho, tengo las fotos de dentro de la llamada arca (en la que se aprecian telarañas en las esquinas de la vigas, lo que es imposible en esas condiciones) y nuestro socio kurdo en Dogubabyazit (el pueblo al pie del monte Ararat) dispone de todos los datos sobre el lugar, los hombres que colocaron las maderas, y hasta sobre el camión que la transportaba».
Las revelaciones de Price parecen haber puesto a la organización contra las cuerdas, aunque desde la misma han respondido de inmediato con un comunicado en su página web. Uno de los miembros del equipo, Clara Wei, defendió la gestión de la NAMI. «Hemos sido los primeros en dedicar tantos años de esfuerzo en encontrar el arca», afirmaba Wei para medios turcos desde la sede de la organización en Pekín.
«Llevamos trabajando allí desde el año 2004, y no ha sido hasta octubre de 2009 cuando pudimos encontrar los restos, hacer las grabaciones y tomar muestras para fecharlos». Wei ha defendido que no pueden revelar la localización todavía «para evitar saqueos», aunque en todo caso parece que no es demasiado sencillo acceder al lugar donde se encuentra el arca.
Para Wei, el siguiente paso es conseguir la colaboración de investigadores, científicos y del gobierno turco que permitan confirmar «al 100 %» un hallazgo que, según su organización, ya está confirmado al 99 %. AcontecerCristiano.Net
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