Un antropólogo analiza el origen y la práctica de la Navidad en la sociedad actual. El investigador Luis Triviño, ex rector de la Universidad Nacional de Cuyo en Argentina, y actual rector organizador de la Universidad Cooperativa.
1- Papá Noel y el Arbolito. Con los primeros días de diciembre, se va creando en nuestras sociedades modernas un creciente clima festivo: tendencia al consumismo, otorgamiento de regalos recíprocos, coloridos adornos callejeros y comerciales, música tintineante, presencia de Papás Noel con agudas campanitas, artificiales "arbolitos de navidad", febril preparación del banquete de la Nochebuena, eventuales proyectos vacacionales, ruidosos cohetes, fuegos de artificio.
Todo ello implica una suerte de "paganizaciòn", esto es, pérdida de la esencia cristiana de la Navidad, que en esta perspectiva crítica, debería estar centrada en el recuerdo del nacimiento de Cristo.
2- El Pesebre. En muchas iglesias y en casas de sentimientos cristianos más arraigados, la reunión de feligreses y familiares se constituye en torno al Pesebre, en el que se rinde culto a las imágenes del niño Jesús y a las de sus padres José y María, acompañados por el burrito, el buey y los pastores que van bajando con sus ovejas de los cerros cercanos guiados por una estrella o un ángel, con lo que se da por eludido el paganismo de los festejos coloridos y ruidosos. Pero se olvida un detalle, que hace del Pesebre un objeto tan pagano como Papá Noel y el Arbolito.
3- El Primer Mandamiento. En efecto, el primero de los Diez Mandamientos de Deuteronomio, 5;8, que Dios entregó a Moisés en el Monte Sinaí, establece textualmente "no harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas . No te postergarás ante ellas, ni le rendirás culto....."Y hasta donde llega mi información, nunca volvió Jehová al mencionado monte para derogar o modificar dicho mandamiento. (Para que no pueda sospecharse de que el párrafo trascrito corresponde a una traducción de la Biblia hecha por alguna secta iconoclasta). En consecuencia, recurrir a "imágenes sagradas" para enaltecer el sentido supuestamente auténtico de la Navidad no resulta coherente con la expresa prohibición divina. Pero el problema no se agota allí.
4- ¿Por qué el 25 de diciembre?. Si leemos con atención los textos canónicos que integran el Nuevo Testamento. Comprobaremos que en ninguno de ellos se da fecha alguna del nacimiento de Jesús. De ahí que durante los primeros siglos del cristianismo no se celebraba lo que llamamos hoy la Navidad, o se la recordaba en diferentes fechas en las distintas jurisdicciones eclesiásticas: para poner un solo ejemplo, los cristianos egipcios, hasta el siglo IV, adoptaron el 6 de enero. Por otra parte no es dable imaginar a pastorcitos deambulando con sus ovejas durante una noche tan fría como eran las de finales de diciembre en el hemisferio norte. Sin referencias escriturísticas y con pluralidad de fechas según las zonas, recién en el año 354 el papa Liborio instituyó para toda la cristiandad el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Cristo. ¿Por qué esa fecha? La respuesta es nítidamente pagana.
5- Los dioses paganos. En el hemisferio norte, en torno al 25 de diciembre se produce el solsticio de invierno. A partir de esa realidad astronómica, las noches se van haciendo más cortas y correlativamente las heliofanías más largas. Con mayores o menores conocimientos astronómicos, los pueblos antiguos percibían que a partir de ese momento -y dado que el sol era visto y sentido como fuente de vida- todo iba paulatinamente renaciendo. El solsticio de invierno era visto como el anuncio de la futura primavera, de la naturaleza renovada, del surgimiento de los frutos y de las mieses. Y en la interpretación mitológica de las realidades naturales, el sol visto como Dios Sol renacía en cada solsticio de invierno. Tal renacimiento divino se solía producir a partir de una Diosa Virginal, con un niñito depositado en la cuna.
No faltaron aparición de fenómenos celestes o ángeles anunciadores. Se produjeron nacimientos en pesebres con presencia de animales, pastores y magos que tributaban adoración. En Egipto, Horus y Osiris, de respectivas madres vírgenes, nacieron a fines de diciembre. En Grecia se dieron como mínimo tres casos: Adonis y Hércules nacieron el día equivalente al 25 de diciembre de los romanos, y ese mismo día nace Dionisios, también de madre virgen e identificado como el Salvador. Por su parte, en Escandinavia el 25 de diciembre nace Frey, hijo de Odín y Frigia.
6- El Sol Invicto. Dado que el foco de irradiación cristiana se centró en Roma, adquiere especial relevancia entre estos antecedentes paganos el "Sol Invicto", preferido por Constantino hasta su bautismo arriano en su lecho de muerte. Al Sol Invicto se sumó Mitra, dios importado de Persia: ambos eran celebrados con ruidosos y alegres festejos de gran adhesión popular justamente el día de su nacimiento o renacimiento: el 25 de diciembre. La iglesia incipiente nada podía contra esa adhesión popular, por lo que no le quedó otra alternativa que "bautizar" esa fecha, adoptándola como la del nacimiento de Jesús. Hasta tal punto esas raíces paganas estaban tan sólidas, que en el 415 Agustín de Hipona exhortaba a los cristianos a "no celebrar al sol, sino a quien hizo el sol".
En síntesis, no hay forma de eludir el trasfondo y las raíces paganas de las celebraciones navideñas: si por razones devocionales se quiere eludir el "mundanal ruido" y rescatar la imagen del pesebre, se transgrede nada menos que el Primer Mandamiento, y si rastreamos la historia vemos que la navidad fue anticipada por varios dioses paganos. En la mitología cristiana se ignora el día en que nació Jesús. En las mitologías paganas, por la asignación de sus creencias a los ciclos astronómicos, se sabe que el nacimiento o renacimiento imaginado de sus dioses es el solsticio de invierno, esto es, el 25 de diciembre. AcontecerCristiano.Net
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