EE.UU.- Un hombre se arrepintió de haberse cambiado de sexo y haber vivido como una mujer por varios años. Ahora comparte su historia de cómo Dios lo hizo libre y le dio esperanza.
Walt Heyer, residente en California, dice que la operación para ser mujer que se realizó en 1980, no le ayudó a resolver sus luchas mentales y emocionales que tuvo que enfrentar. Después de ocho años viviendo engañado, decidió volver como era en el principio, un varón, según publica Christian news.
Heyer, cree que su problema comenzó en su infancia, cuando fue abusado sexualmente por un pariente y por haber sido vestido con prendas de mujer, le dijo recientemente a Daily Mail.
"Cuando mi abuela me cuidaba, me vestía con ropa femenina. Incluso me hizo un vestido color púrpura", recordó. "La personalidad fuerte de mi madre y su disciplina estricta era difícil de afrontar. La disciplina de mamá se hizo aún más grave, era tan fuerte que pensé en quitarme la vida", explicó Heyer.
Dijo que la inseguridad que sentía por las circunstancias pronto lo llevó a creer que era una niña atrapada en el cuerpo de un niño, y comenzó a estar solo. Aunque después Heyer se casó y tuvo hijos, a la edad de 37 años, decidió operarse para convertirse en una mujer. Se divorció de su esposa poco antes de la operación.
Un día, mientras Heyer estudiaba psicología en la Universidad de California, se dio cuenta que no era un transexual sino un hombre con un problema psicológico que trataba vivir como una mujer pero que no lo podía conseguir. Heyer también aprendió que la solución a su problema no estaba en sí mismo sino en Cristo.
Así, ocho años después de la operación, Heyer volvió de nuevo a vivir como un hombre, y ahora dice que no cree que las personas nazcan transgénero.
"Disforia de género es una condición psicológica en la que no se está satisfecho con su género", dijo al Daily Mail. "Nunca ha nacido alguien como transexual. Se hacen como resultado de algo, un problema de desarrollo infantil. En retrospectiva, puedo ver que el cambio de género es pura necedad".
Heyer dice que aquellos que luchan con esta situación, no reciben la atención adecuada. "Todos ellos tienen algún grado de depresión, y no se están tratando adeucadamente", lamentó. "Es biológicamente imposible convertir un hombre en una mujer", dijo Heyer, que hoy tiene 74 años y ha hecho las paces con sus hijos.
"Dios hará libre la vida de las personas que luchan con problemas de identidad de género como lo hizo conmigo. Él redimió mi vida y me ha hecho libre", concluyó. AcontecerCristiano.Net
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