La última versión de los textos de los mormones se publicó en 1981. Pero esta fe religiosa (considerada por muchos una secta) tuvo sus primeros escritos tras una supuesta revelación de Dios a Joseph Smith, en 1827, quién impulsó el Libro de Mormón en 1830. Tras formar la primera colonia de mormones en EE. UU., que practicaba la poligamia y se regía bajo un mando claramente jerárquico, se empezaron a dar escisiones y cambios doctrinales constantes, además de mucho revuelo entre la población estadounidense (en su mayoría, cristiana), que denunciaba las prácticas de Smith y sus correligionarios.
En el comunicado oficial en la web principal de los Santos de los Últimos Días, se dice que se ha llegado a esta revisión edición “tras 8 años de trabajo”. Añaden que por mantener tipos de letras, formato, etc, “la consistencia de la nueva versión permite seguir usando la versión de 1981” para aquellos que lo prefieran.
Los editores reconocen a continuación que se dan cambios en los textos supuestamente revelados: “Hace ocho años los líderes de la Iglesia pidieron que se produjera una versión actualizada en inglés. La intención era hacer ajustes útiles tal como actualizar algunas formas de deletrear palabras que eran arcaicas, corregir errores en las guías de estudio e incorporar descubrimientos históricos recientes a las secciones del ‘Doctrinas y Convenios’”.
Los cambios a 2013, sin embargo, son más importantes. Es lo que comenta Kyle Beshears en un artículo del Christian Post. La autora empieza poniendo en duda la infalibilidad de una supuesta revelación a la que se ha añadido información varias veces y que contiene doctrinas que los propios líderes mormones han ido cambiando sobre la marcha conforme avanzaba el pensamiento de la sociedad. Todos ellos cambios significativos que se han dado en el espacio de los poco más de 180 años de existencia de esta religión.
De la nueva edición, sin embargo, Beshears destaca dos “Declaraciones Oficiales” que aparecerán con la edición impresa de 2013. La autora las define como “intentos de afrontar temas controvertidos de la historia de los Mormones: el primero tocará el tema de la poligamia mientras que el segundo aborda el tema del racismo”.
El objetivo sería el siguiente: “El mormonismo continúa intentando que se le identifique como una denominación cristiana y parece que esta última edición de las escrituras de los Santos de los Últimos Días es simplemente el próximo paso en este proceso”, cree Beshears.
En cuanto a la poligamia, la “Declaración 1” dice textualmente: “La Biblia y el Libro de Mormón enseñan que la monogamia es el estándar de Dios para el matrimonio, a menos que Él declare otra cosa… Después de la revelación a Joseph Smith, la práctica del matrimonio plural fue instituido entre los miembros de la iglesia en los primeros años de 1840… Después de recibir revelación, el presidente Wilford Woodruff lanzó un Manifiesto, que fue aceptado por la Iglesia como merecedor de autoridad y vinculante el 6 de octubre de 1890. Esto llevó al final de la práctica del matrimonio plural en la Iglesia”.
La enseñanza que instituyó la poligamia entre los mormones se encuentra en Doctrinas y Convenios 132, donde el fundador Smith afirmaba que la poligamia de Abraham “le fue contada por justicia” y que ello, entre otras cosas, convirtió al patriarca judío en un dios.
Esta afirmación contradice textos bíblicos como Gálatas 3:6 o Romanos 4:3, que explican claramente que fue “la fe” de Abraham, no su poligamia, lo que le fue contado por justicia.
Además, cree Beshears, es muy difícil reconciliar las ideas de Smith con esta Declaración de 2013, “porque la Declaración Oficial 1 da a entender que el llamado a la poligamia fue temporal y sólo relevante para el Mormonismo primitivo, sin embargo, Doctrinas y Convenios 132 dice claramente que la poligamia es un aspecto del ‘nuevo y eterno pacto’”.
Es decir, o bien la doctrina supuestamente revelada al fundador Smith fue errónea, o bien la corrección posterior, apoyada por la edición de 2013 está “desobedeciendo a Dios al no practicar la poligamia”, argumenta Beshears.
La Declaración Oficial 2 que los mormones incluirán en la edición de 2013 del libro Doctrinas y Convenios intentará frenar las acusaciones de racismo que la religión ha recibido históricamente. El motivo es que durante un tiempo no se permitió el acceso de hombres de origen africano a formar parte de los sacerdotes ordenados, por lo que tampoco tenían acceso al nivel máximo de salvación en la vida tras la muerte, según su propia doctrina.
Esta segunda declaración intenta cerrar el tema, diciendo: “El Libro de Mormón enseña que ‘todos son iguales ante Dios’, incluyendo ‘negros y blancos, esclavos y libres, hombres y mujeres’ (2ª Nefi 26:33). A lo largo de la historia de la Iglesia, personas de cada raza y etnicidad en muchos países han sido bautizados y han vivido como fieles miembros de la Iglesia. A los principios en su historia, líderes de la Iglesia dejaron de conceder el sacerdocio a hombres negros de origen africano… [pero más tarde] la revelación quitó todas las restricciones en relación a la raza”.
Las interrogantes que levanta esta aclaración, son en primer lugar el uso de un verso del Libro de Mormón que es curiosamente parecido a las palabras de Pablo en la Biblia (Gáltas 3:28).
Aparte de esto, “más interesante aún es, ¿por qué la Declaración Oficial 2 no aborda en primer lugar el por qué de que la Iglesia de los Santos de los Últimos Días fuera racista en su pasado?”.
“Está claro”, sigue Beshears, “que la respuesta se puede encontrar en el ambiente cultural en EEUU en los siglos XIX y XX. La Iglesia de los Santos de los Últimos Días fue simplemente una víctima del racismo que saturó cada faceta de la vida americana por más de 200 años”. AcontecerCristiano.Net
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