Satélites israelíes detectaron una gran pérdida de reservas de agua dulce en las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates en un periodo de siete años que comenzó a medirse en 2003, informó Alex Vishnitzer, director de la Compañía de Aguas de Israel, Mekorot.
«Las cuencas de esos ríos, cuyas aguas irrigan parte de Irak, Irán, Turquía y Siria, perdieron al menos tanta agua como hay en el Mar Muerto», determinó Vishnitzer.
«Se trata de una cantidad de agua suficiente para satisfacer las necesidades de decenas de millones de personas en la región cada año, dependiendo de las normas de uso regional y la disponibilidad», señaló el directivo.
El estudio, que será publicado esta semana en la revista «Water Resources Research», fue realizado por científicos del Instituto Tejnión de Israel en colaboración con el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA y el National Center for Atmospheric Research.
La investigación se basa en los datos recopilados durante un periodo de siete años por satélites israelíes, que vigilan cambios globales en reservas de agua.
Debido a que los cambios en las reservas de agua afectan a la masa de la Tierra en una determinada región, los satélites miden la gravedad local para averiguar esas transformaciones.
«Los datos mostraron un índice alarmante de descenso en el almacenamiento total de agua en el Tigris y Éufrates, que actualmente poseen la segunda tasa de pérdida más rápida de aguas subterráneas de la Tierra, después de India», afirmó Vishnitzer.
Parte de esa pérdida fue atribuida a la sequía de 2007 que afectó el suelo, a las acumulaciones de nieve y a la pérdida de agua de la superficie de los lagos. Pero la mayoría, alrededor del 60%, se rastreó por el bombeo de agua subterránea, que normalmente aumenta durante y después de la sequía.
En este sentido, Vishnitzer destacó como ejemplo que Irak perforó alrededor de 1.000 pozos en respuesta a la sequía de 2007.
«Desde 2007, la demanda de agua dulce continúa aumentando y la región no coordina la gestión de su agua a causa de las diferentes interpretaciones de las leyes internacionales», agregó.
AcontecerCristiano.Net
«Las cuencas de esos ríos, cuyas aguas irrigan parte de Irak, Irán, Turquía y Siria, perdieron al menos tanta agua como hay en el Mar Muerto», determinó Vishnitzer.
«Se trata de una cantidad de agua suficiente para satisfacer las necesidades de decenas de millones de personas en la región cada año, dependiendo de las normas de uso regional y la disponibilidad», señaló el directivo.
El estudio, que será publicado esta semana en la revista «Water Resources Research», fue realizado por científicos del Instituto Tejnión de Israel en colaboración con el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA y el National Center for Atmospheric Research.
La investigación se basa en los datos recopilados durante un periodo de siete años por satélites israelíes, que vigilan cambios globales en reservas de agua.
Debido a que los cambios en las reservas de agua afectan a la masa de la Tierra en una determinada región, los satélites miden la gravedad local para averiguar esas transformaciones.
«Los datos mostraron un índice alarmante de descenso en el almacenamiento total de agua en el Tigris y Éufrates, que actualmente poseen la segunda tasa de pérdida más rápida de aguas subterráneas de la Tierra, después de India», afirmó Vishnitzer.
Parte de esa pérdida fue atribuida a la sequía de 2007 que afectó el suelo, a las acumulaciones de nieve y a la pérdida de agua de la superficie de los lagos. Pero la mayoría, alrededor del 60%, se rastreó por el bombeo de agua subterránea, que normalmente aumenta durante y después de la sequía.
En este sentido, Vishnitzer destacó como ejemplo que Irak perforó alrededor de 1.000 pozos en respuesta a la sequía de 2007.
«Desde 2007, la demanda de agua dulce continúa aumentando y la región no coordina la gestión de su agua a causa de las diferentes interpretaciones de las leyes internacionales», agregó.
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