Según una encuesta de la empresa francesa Ipsos, el 20 % de los chinos, el 12 % de los estadounidenses, el 13 % de los mexicanos, el 12 % de los argentinos y el 10 % de los españoles creen verdadera la predicción del calendario maya que fija el fin del mundo para hoy 21 de diciembre.
Las autoridades de varios países han tomado cartas en el asunto y mientras que en China han sido arrestadas más de un centenar de personas por propagar rumores sobre el fin del mundo, en Argentina se ha ordenado el cierre el 21 de diciembre del cerro Uritorco, un supuesto aeropuerto de ovnis, por temor a una avalancha de personas atraídas por la convocatoria anónima a «un suicidio espiritual» en las redes sociales. Incluso la NASA decidió salir al paso de los rumores sobre el fin del mundo después de uno de sus astrofísicos, David Morrison, alertara de que recibía mensajes de personas que pensaban quitarse la vida antes del día del Juicio Final según el calendario maya.
El viernes 21 de diciembre la Tierra no chocará con el inexistente planeta Nibiru o un asteroide gigante, no se producirá una fatal alineación galáctica, ni una masiva erupción volcánica como la que hace 74.000 años dejó al mundo sumido en un invierno nuclear durante décadas, ni se producirá una inversión de los polos magnéticos o una tormenta solar de proporciones gigantescas que paralizará al planeta, según los científicos de la NASA. Será solo el inicio de un nuevo solsticio, de invierno o de verano, según el hemisferio en el que nos encontremos, que coincide con el fin de una era según el calendario maya.
También los descendientes de los mayas han negado que el final del calendario largo maya de 5200 años suponga el fin del mundo y se preparan para celebrar el comienzo de un «nuevo ciclo», que según el experto peruano Ricardo González, investigador de la vida extraterrestre, «debería ser más positivo, con mayor esperanza para la humanidad».
Los apocalípticos seguramente tendrán que buscar ahora otra fecha diferente al 21 de diciembre para el fin del mundo, que bien podría ser entre el 2013 y el 2014, cuando se espera que el sol alcance su periodo de mayor actividad en 11 años. Y aunque la NASA ha dicho que ese ciclo de actividad no será muy fuerte, ya hay quien rememora la tormenta solar de 1859 que en esa época solo inutilizó algunas líneas telegráficas pero hoy podría causar daños importantes debido a la fuerte dependencia que tenemos de dispositivos electrónicos sensibles a la energía electromagnética. AcontecerCristiano.Net
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